“¿Creen acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche? ¿Qué los hará esperar? Yo les aseguro que les hará justicia sin tardar”.
Lc. 17 y 18.
Dios cumple sus promesas. Nuestro Dios nos ha dicho que clamemos a Él cuando lo necesitemos y nos dice también que nos responderá.
Mis queridos lectores, no lo duden. Dios nos responde aunque esa respuesta no vaya con nuestros planes y Él, a la postre, nos da la explicación sobre la conveniencia de su decisión. De algo estemos seguros: Dios es justo y quiere lo mejor para cada uno de sus hijos.
Clamemos al Señor día y noche, esperemos confiando en su palabra, con fe, pues nuestras capacidades son limitadas y su poder es infinito. Y cuando veamos la respuesta a nuestras oraciones, la mejor manera de decir “¡gracias!” es siendo fieles a Él.