“Buscad el bien y no el mal, y viviréis, y así estará con vosotros el Señor Dios de los ejércitos”. Amós. 5: 14.
Pensemos en las consecuencias de nuestras acciones: ¿acaso cuando hacemos algo a sabiendas de que no es correcto, de que daña a una tercera o a terceras personas, no terminamos mal? Cuando se infringe la ley, cuando se comete adulterio, cuando se hace una maldad a otra persona, cuando se roba, cuando se mata, cuando se estafa, cuando comete venganza… ¿cuáles son las consecuencias de nuestros pasos errados? Las sabemos. Sabemos que cuando hemos hecho mal hemos terminado mal. La paga del pecado es la muerte, dice la palabra, y galardón de vida se recibe por el bien hacer. Nuestras experiencias pasadas nos deben servir para huir de la oscuridad y buscar la luz.