Felipa Gómez: “No volvería al PRD, aunque se me diera la oportunidad”

Felipa Gómez, candidata a alcaldesa por Santo Domingo Oeste, apoyada en el Movimiento Acción Política Comunitaria, que surgió el siete de octubre del año 2007, es una mujer de larga trayectoria en la lucha política dominicana.

Felipa Gómez, candidata a alcaldesa por Santo Domingo Oeste, apoyada en el Movimiento Acción Política Comunitaria, que surgió el siete de octubre del año 2007, es una mujer de larga trayectoria en la lucha política dominicana.Su nombre, su rostro y su coraje hicieron historia desde la época de los 12 años del Presidente Balaguer, pero los sucesos a finales de los años ochenta, durante el traumático proceso convencional del Partido Revolucionario Dominicano, en el cual se disputaban la nominación presidencial José Francisco Peña Gómez y Jacobo Majluta, la perfilaron como una mujer firme, capaz de defender hasta con su vida, lo que a su entender era la mejor causa. Mujer leal, combativa, inquebrantable; sin embargo, aunque como ella misma dice, no le teme a nada ni a nadie, no escapa a los sentimientos humanos.

Hoy, pasado los tiempos convulsos, sigue inmersa en el mar de la política; esta vez, se presenta como candidata a la Alcaldía de Santo Domingo Oeste, desde donde espera poder seguir aportando a su comunidad. Se declara Católica, Apostólica y Romana, y aunque han tratado de conquistarla algunas corrientes religiosas, no lo han logrado, pues ella no admite una religión donde no se respete y se ame a la Virgen de la Altagracia.

1. 14 Hermanos
Nací en la sección que se llama Las Uvas, que pertenece a Cayetano Germosén. Era muy inquieta desde pequeña, era una niña muy traviesa. Mi papá se llamaba Juan Bautista Gómez y mi mamá María Altagracia Saretez, ambos fallecidos. Somos 14 hermanos, ya han fallecido tres. Yo fui muy traviesa. Recuerdo un día que me fui sin permiso, para La Vega, a comprar una ropa, y cuando volví a la casa mi papá me dio una pela. Yo tenía como 13 años y me fui de la casa. En ese tiempo yo tenía un noviecito, pero no nos casamos de una vez, sino cuando cumplí los 14 años. Me casé a los 14 años y tuve a mi hija mayor, Eunice, la que se me murió y a la cual yo le doné un riñón. Después tuve tres hijos más, dos varones y otra hembra. Ya tengo bisnietos.

2. Un padre ejemplo de trabajo
Mi papá fue un hombre muy recto, trabajador, fue alcalde pedáneo de Las Uvas. Nos ponía a dormir en el suelo para darles la cama a los guardias cuando iban por allá. Peleábamos con él cuando mandaba a matar las gallinas para darles comida a los policías. Fue un hombre que sabía tratar a la gente, muy especial. Fue muy querido. Era un agricultor sin tierra y mi madre era modista, ella tenía un centro donde enseñaba a las mujeres a coser. Mi mamá le cosía a la gente de por allá; y a mi papá, como la gente lo quería mucho, le mataban puercos y le regalaban víveres.

Papá se opuso a la quema de las iglesias dispuesta por Trujillo, cuando eso mi papá era un rebelde. Enrique Blanco era sobrino de mi papá. Mi papá dormía debajo de los puentes. Yo tenía unos hermanos que eran calientes. Recuerdo que para la Revolución del 65 yo estaba embarazada, y las armas yo las pasaba en la barriga para llevárselas a los constitucionalistas. Yo cocinaba para los hombres del comando que encabezaba mi hermano, Juan Pablo Gómez, y cuando acababa de cocinar, cogía un arma y combatía.

3. Trayecto político
Cuando una muchacha de mis tiempos de juventud se lanza a defender lo que cree que es lo correcto, le atribuyen cosas que no son. Claro está, que los perredeístas éramos inquietos en ese tiempo. Cuando salí de mi pueblo a los 13 años, estaba a favor de la Unión Cívica Nacional, de Viriato Fiallo y estaba en contra de Juan Bosch y el PRD. Ahí comencé la lucha. Me fui descalza para La Vega a sacar mi cédula, y como no la conseguí, me fui a Villa Tapia.

4. Apresada
En mi casa nadie fue trujillista, ni balaguerista, Balaguer nos dio duro… Recuerdo que andaban buscando a unos hermanos míos, ya habían capturado uno y lo habían puesto en solitaria. Entonces, como mi hermano no aparecía, y yo le dije a Balaguer que si mi hermano no aparecía en 48 horas, yo me iba a meter en la casa de Emma y Laíta Balaguer, y él sabía cómo era que yo me iba a meter. A las 24 horas me estaban informando del paradero de mi hermano. Ahí fue que supimos que lo tenían en una solitaria del Palacio de la Policía Nacional. A mí me agarraron, porque ellos decían que yo era la cabecilla y me apresaron.

5. Dos años en La Victoria
Yo estuve presa dos años en La Victoria. Ahí había de todo. Yo no había matado a nadie, pero mi principal objetivo era mantenerme viva, y yo decía que iba a permanecer viva como fuera y como quiera. Entonces cuando me apresaron, los policías me decían que yo mataba personas, y yo les decía que no. Cuando el secuestro del coronel Donald Joseph Crowley, mis dos hermanos y yo estábamos presos, pero los acusaban del secuestro. Entonces a uno de mis hermanos lo exiliaron, pero el coronel Donald Joseph Crowley dijo: “suelten a esa señora, porque esa señora estaba presa, no sabe de eso”. De todas maneras nos llevaron a la justicia y salí libre.

6. La Rubia del Cachón
Salí libre del juicio, pero a los tres días estaba presa otra vez, porque había un acto del primero de mayo, y ahí me cayó detrás la policía, me agarraron presa y me llevaron al Palacio de la Policía otra vez. En eso, la Rubia del Cachón dijo que yo era de las que les había tirado piedras a los policías. Y ahí mismo nos “emburujamos a las trompadas”. La querían utilizar como testigo para justificar mi prisión, pero como quiera me soltaron.

7. Peña y Jacobo
Yo era la secretaria general del PRD en Villas Agrícolas. Peña Gómez era mi ídolo en principio, pero cuando Jacobo se inició en la política, cambié a Peña por Jacobo, porque él era una persona más atenta y cercana. Yo quería mucho a Jacobo Majluta. Yo estaba en los Estados Unidos cuando él murió. Recuerdo que antes de irme a Nueva York, fui a su casa y lo vi muy desmejorado. Me fui a los Estados Unidos, allí estuve seis meses. Me fui porque Jacobo me pidió que me fuera, porque él no iba a poder garantizarme mi vida, porque la gente de Balaguer quería matarme. Él me ayudó a conseguir visa, y me dijo: “No vengas, que te pueden matar”. Yo le dije que no iba a estar mucho por allá. En eso se dio el pleito entre Peña y Jacobo. Después de ese pleito me fui con Jacobo para el PRI. Cuando Jacobo se murió, yo me quería morir, porque tanto su muerte como la de Peña Gómez me arrancaron el alma. Pensé dejar la política cuando eso, pero Hatuey me jaló.

8. Encuentro
Después de lo del Concord, Peña Gómez se reunió con Jacobo y le dijo: “Si tú dices que fue Felipa que asaltó el Concord, yo te dejo que tú seas el candidato” y Jacobo le dijo: “No. Tú sabes que no fue Felipa que asaltó el Concord”. Yo lo que fui fue a sacar a Fiquito y a Barahona que estaban metidos allá. En ese lugar, ellos le dieron un balazo a un muchacho en el estómago, lo llevaron a la clínica Independencia y le dijeron a ese muchacho: “Tú tienes que decir que fue Felipa que te dio ese balazo”. Le ofrecieron 500 mil pesos para que me acusara, pero no le dieron nada.

9. Movimiento político
Primero apoyé a Leonel Fernández, porque después de Hatuey, mi ídolo viene siendo Leonel. Creamos este movimiento cuando le tocó el turno a Danilo, en 2012, que Leonel nos mandó a apoyarlo. Danilo fue a mi casa y le dijo a su gente que no permitieran que yo me fuera con otra gente. Ahí preparamos un acto, en el cual reunimos 20 mil personas. Le dije a Danilo que subiera a la tarima y le mostré la cantidad de personas, que formaban una cruz. Ese acto la gente del PLD lo cogió como fondo para sus actos. En ese acto Danilo le dijo a la gente: “No se despeguen de Felipa, que yo le voy a resolver a Felipa para que ella les resuelva a todos ustedes”. Al otro día le dije: “¿Usted podrá ayudar en un solo barrio a 20 mil personas?” y me dijo: “¡claro que sí!”. Y hasta el sol de hoy, el presidente de la República, que ya está por cumplir sus cuatro años y va por cuatro más, no me ha hecho una llamada. Pasó por mi casa en una caravana y ni miró para mi casa. Fui diputada, fui regidora dos veces por la gente de la Cañada de Guajimía, porque la gente confía y cree en mí. No he hecho pacto con nadie, porque yo estaba con Danilo, pero quizás mi error fue decirle a Danilo, cuando él vino a mi casa, que nosotros éramos leonelistas. De todas maneras, hicimos el acto y de ahí para acá más nunca lo volvimos a ver.

10. El PRD
Yo me salí del PRD porque ese partido era una olla de pulgas, peleándose unos con otros y yo tuve que darme unos cuantos pescozones con algunos de ellos. Entonces, para estar en un partido, en ese tiempo, cuando estaban todos juntos, donde no había oportunidades para nadie preferí salirme de ahí. Yo no volvería al PRD, aunque se me diera la oportunidad, porque ya tengo un proyecto reconocido por la Junta Central Electoral, gracias a Roberto Rosario y al personal de la JCE que me dio la oportunidad, porque antes se pensaba que el que no tenía dinero, no podía aspirar al reconocimiento de ese organismo. Me siento orgullosa del amor que me tiene la gente, no le tengo miedo ni a la Magnífica, aun a mi edad.

Una convención para la historia

Yo di una batalla en el Hotel Concord, donde se estaba realizando la convención entre Peña y Jacobo. Porque Hatuey Decamps y Salvador Jorge Blanco querían embromar a Jacobo y darle los votos a Peña, pero yo tomé el Concord con dos hombres más, ya le habían dado una “pescozá” a Stormi Reynoso, y a Tomás Hernández Alberto, que eran de la gente de Jacobo. Yo fui y le dije a Jacobo que no volviera para allá. Un coronel me dijo que el hotel estaba rodeado, que yo tenía que salir de ahí, y yo le contesté que ahí nada más mandaba Jacobo Majluta, y le dije: “de aquí no me saca nadie a menos que no sea con los pies para adelante”. Le dije que él se podía ir de ahí, que yo no entregaba el Concord. A las siete u ocho de la noche, mandó Jacobo una comisión de diputados y mandó a Casado, yo le quité el hierro  (una Thompson) y le di una 357 que yo tenía. Nunca se me olvida que el jefe de seguridad del Concord, que era un coronel, me dijo: “doña Felipa, yo tengo 50 hombres bajo mi mando y a una mujer como usted yo no puedo dejar que la maten. Yo voy a dejar algunos hombres aquí, al servicio suyo”. De ahí me llevó para el cuarto de armas y me reunió con los hombres. Él me dijo que me tenían rodeada y que me iban a matar y yo le respondí: “Cuando yo entré aquí, hice un pacto con el diablo, y después que maten mi pacto es con Dios porque yo soy católica”.   Yo dije: “me van a matar, pero aquí van a haber 30 o 40 muertos”. Ahí yo estaba recibiendo todas las actas que venían de los pueblos. Me tiré en el baúl del carro y salí, no me tiraron ni un tiro, y llegué donde Jacobo Majluta, pero dejé las actas guardadas en un saco y le dije al coronel: “si usted entrega esas actas a la gente de Salvador y de Peña, yo vengo y lo mato a usted; y si usted las guarda, usted será el jefe de seguridad de Jacobo Majluta, que va a ser el próximo Presidente del país”. Él me dijo que yo podía estar segura de que esas actas no iban a salir de ahí y las encerró. Yo decía que no iba a permitir que se vulnerara el triunfo de Jacobo, que tenía 12 mil votos arriba, que antes de permitirlo, a mí había que matarme”.

Propuesta
Después de lo del Concord, Peña Gómez se reunió con Jacobo y le dijo: “si tú dices que fue Felipa que asaltó el Concord, yo te dejo que tú seas el candidato” y Jacobo le dijo: “No. Tú sabes que no fue Felipa”.

Esposo
Mi esposo, Ángel Antonio Báez, es una persona tranquila y trabajadora, no se mete en mis actividades políticas. En la casa yo soy la dama, no compito con mi esposo.

Tristeza
La pérdida de mi hija es la cosa más triste que me ha pasado en la vida. Murió cuatro años después de yo haberle donado un riñón”.

Dolor
Cuando Jacobo Majluta se murió, yo me quería morir, porque tanto su muerte como la de Peña Gómez me arrancaron el alma”.

Sola
No he hecho pacto con nadie, porque yo estaba con Danilo, pero quizás mi error fue decirle que nosotros éramos leonelistas”.

Incumplimiento
Hasta el sol de hoy, el presidente de la República, que ya está por cumplir sus cuatro años y va por cuatro más, no me ha hecho una llamada”.

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