Juan José Arteaga es cubano de nacimiento, y salió de su tierra natal como lo hizo la mayoría de los empresarios a quienes el régimen de Fidel Castro había despojado de sus propiedades. Aunque era muy joven, no pudo evitar sentirse afectado por la situación en que, de repente, se vieron sus padres. Por eso, al llegar a la ciudad de Miami, y aún siendo menor de edad, se las ingenió para integrar la Brigada 2506, con la que un grupo de exiliados pretendía invadir la isla de Cuba en 1961, para derrocar el gobierno comunista de Castro. La invasión no triunfó, y él junto a otros compañeros fueron a parar a la cárcel. Allí estuvieron por 22 meses, tiempo que hizo estragos en su apariencia, al punto de que sus padres no lo reconocieron cuando volvieron a verlo. Luego de esa experiencia, la cual afirma volvería a repetir si fuera necesario, Artega volvió a Miami, allí conoció a su esposa María Martínez, con la que procreó dos hijos.
Un tiempo después y gracias a su carrera como banquero, llega a la República Dominicana, donde ha hecho camino al andar, tanto en el sector público, como en el mundo de la banca, así como sus labores altruistas en la Fundación Mir, el Hogar del Niño y Fundefro. Hoy, aunque se siente feliz de vivir aquí, espera algún día volver a pasar un verano en Varadero, Cuba, como en los días de su infancia.
1. De Cuba
Nací el 29 abril de 1943 en Camagüey, Cuba. Mis padres: Juan Francisco Arteaga y Ana Morel de Arteaga. Fui al colegio Marista, que era de unos hermanos católicos, donde cursé mis estudios primarios. Luego me trasladé, interno, al colegio Belén (colegio Jesuita en La Habana Cuba), de ahí me trasladé a los Estados Unidos, donde hice mi High School en una cadena militar que se llamaba Cardinal Family Military Academy, que se encontraba en el estado de New York, allí termine mi Hihg School. Después, ingresé al entrenamiento de Bahía de Cochinos, que fue el grupo de la brigada 2506 que se entrenó en Guatemala, después fuimos a Porte Cabeza en Nicaragua y de ahí se realizó una extensión que desembarcó en Cuba, en Cienfuegos.
2. Brigada 2506
Esa fue una etapa interesante de la vida, era joven, terminaba recientemente mi Hihg School. Mi familia más cercana ya estaba en el exilio, y había escuchado que mi padre iría a inscribirse en la Brigada 2506. Entonces tomé la decisión, aunque era joven, no tenía la experiencia, ni la edad para ir, fui el segundo más joven que participó en esta invasión en Cuba, decidí irme yo, para que él se quedara con la responsabilidad de la familia en Miami, pues acabábamos de salir de Cuba, por razones, no políticas, porque ninguno de mi familia, ni los antepasados de mis padres, ni mis padres, habían participado en política, solamente por razones de que el Gobierno había tomado la determinación… “la confiscación de los bienes” de aquellos que ellos consideraban que eran latifundista, que tenían grandes extensiones de tierra, colones y arroceros. Se le llamó la revolución de “Cayo”, porque cuando a uno lo intervenían o lo confiscaban, decían; bueno esos eran ricos, eran gente que se merecía que lo confiscaran. Pero después, le fue tocando a todas las personas, hasta que llegó a un extremo, y como todos sabemos hay un estado totalitario en Cuba. Fue una gran experiencia, de esas que te permiten madurar rápido, pues a esa edad, entrar en un conflicto de invasión a tu tierra natal, en la cual tu naciste, creciste, viviste los años de tu infancia… Y por razones particulares, porque no era un creyente del sistema comunista, me había criado dentro de una democracia, con libertades, no habíamos participado en política nunca. Se fijó un precio por cada uno de nosotros, pero al final, no se supo cuál fue el total del canje que se hizo, después de los esfuerzos de la comisión para liberarnos. A algunos los fusilaron en el paredón, porque tenían crímenes anteriores, desde cuando Batista, esos fueron fusilados y los demás fuimos canjeados.
3. La radio caliente
La primera impresión que yo sufrí fue cuando la patana en que yo iba, porque era observador avanzado, abrió sus puertas. Había más de 3 ó 4 pies, y al hacer contacto mi radio con el agua salada, se encendió, lo que tuve que hacer fue soltar el radio. Desembarqué sin radio, pero con el arma, eran unas ametralladoras israelíes. Nosotros llegamos a una casa, donde el calendario estaba marcado 17 de abril, le estaban dando seguimiento a todo el proceso, tenían inteligencia.
4. Educado en valores
Mis padres eran excelentes, siempre se esforzaron por darnos lo mejor de la educación, instruirnos en los mismos principios que tenían ellos en cuanto a la fe Católica, a los estudios, prepararnos para el futuro, a ser consecuentes con los demás y siempre ser solidario con todo el mundo, sin discriminar; hacer el bien y tratar de ganarnos la confianza de las personas que trabajaban con la familia. Teníamos diferentes negocios, éramos una familia unida, hasta que fuimos buscando rumbos distintos.
5. La cárcel
Uno aprende a vivir sin nada, porque en los 22 meses que estuvimos presos no había nada, solo lo que te daban. Entré con 185 libras y salí con 105. Recuerdo que Fidel nos separó, al grupo de políticos, empresarios, ricos, latifundistas, nos mandó a Isla de Pino y ahí estuvimos hasta el día que se anunció que íbamos a ser canjeados. Fue una experiencia difícil, por la falta de alimentación, yo pasé como cinco meses durmiendo en el suelo, porque no había cama. Mis padres pensaban que no íbamos a salir, y nos podían haber matado, porque nosotros no fuimos a tirar flores, fuimos a combatir y tenían todo el derecho. Igual que nosotros teníamos el derecho, de igual forma ellos. Fue una experiencia que yo puedo volver a repetir. Cuando regresé, mis padres no me reconocieron, estaba barbudo y flaco.
6. Viaje a la libertad
A nosotros nos trasladaron a una base aérea que tenía Cuba en San Antonio de los Baños, eso era en Pinar del Río. Cuando llegamos ahí, ellos nos dieron un pulóver amarillo y un pantalón kaki; el amarillo es el gusano, el traidor. Cuando llegamos al lugar, donde desayunamos, nada más escuchábamos hablar ruso, y todo el mundo pensaba…, bueno, es para Siberia que nos van a mandar. De momento vemos que aterriza un avión de Pan American y todos nos asombramos. Gracias a Dios, por la A de Arteaga, a mí me tocó salir en el primer avión, nos subimos al avión sin decirnos nada, y cuando estamos en aguas internacionales, nos dijeron: ustedes están en el vuelo de la libertad, eso fue a las 14 millas, porque el piloto no podía hablar. Ya tú sabes… aquello fue como salir del infierno para el cielo. Aterrizamos en la base aérea norteamericana en La Florida, donde ya le habían avisado a nuestros familiares, ellos estaban ahí; y cuando yo paso, mi familia no me reconoció, estaba barbudo y flaco. Después mi hermana me vio y les dijo: “pero ese es Juan José”.
7. Una dominicana
Después de esa experiencia, regresé a Miami y me casé con una dominicana. Tenemos dos hijos, Juan José Junior y Lilyaann Arteaga. Ellos viven en Miami. La hembra se acaba de mudar, antes vivía en España. Tengo tres nietos. Me siento muy contento con mis hijos y con mis nietos. Siempre nos mantenemos unidos, ellos vienen en verano aquí, y yo voy a Miami. Todos adoran a República Dominicana.
8. A la República Dominicana
Yo trabajaba en Miami con Popular Banker, que eran los dueños del Banco Popular de Puerto Rico, ellos compraron ese banco en Miami. Y una persona muy importante que se llamaba Luis Rangel, VP Ejecutivo del Banco Popular de Puerto Rico, conocía a la familia y él viajaba a Miami y, a su vez, fue asesor de Alejandro Grullón para hacerlo banquero. Yo viajaba al Caribe y Centro- américa, por el banco de Miami, visitando clientes, buscando accionistas, y a su vez, el Banco Popular de Puerto Rico había comprado el 20 por ciento del Banco Popular Dominicano, y el que viene para acá es Luis Rangel. En uno de los viajes aquí, que yo siempre venía, Rangel le dijo a Grullón: y porqué tú no traes a Arteaga para acá, y Alejandro, que había conocido a mi mamá en Miami, aceptó. Es decir, que yo vengo de la mano de Alejandro Grullón a la República Dominicana, así empieza mi carrera bancaria aquí.
9. Asesor económico
Estando en el Banco Popular, me motivan para que participe en la campaña de Balaguer, y don Alejandro me da una licencia para que participara en la campaña, porque no podía estar en el banco y en la campaña. Comencé a trabajar en la campaña, no soy reformista, sólo amigo de Joaquín Balaguer. Fíjate que después de ahí no me he vuelto a involucrar en política, y mira que me han tratado de motivar, pero me siento bien en el sector empresarial, en el trabajo que tengo. Comenzó la campaña política, fui el tesorero de la campaña, manejo la cuenta con el presidente Balaguer, los dos tenemos firmas, yo tenía que reportarle los ingresos y los egresos y él los chequeaba, y a veces me decía: tú eres demasiado generoso, porque él era súper tacaño. Al concluir la campaña, le dije: “ya cumplí mi misión, usted está electo”, y me pidió que me quedara, y le dije que yo no era político. Entonces se reunió con un amigo mutuo, que era muy amigo mío, y él le dijo a Balaguer que no tenía a nadie del sector privado cerca de él, y a Balaguer se le ocurrió nombrarme Asesor Presupuestario y mi amigo le dijo que ese cargo no, porque la persona que había estado en esa posición en un gobierno anterior, había confrontado problemas, así que el cargo fue el de Asesor Económico. La idea era establecer un vínculo entre el gobierno y el sector privado.
10. Lo más triste
Cuando perdí a mi madre y a mi padre fueron los momentos más tristes de mi vida. Cuando murió mi madre yo iba para Europa y pasé por Miami, fue como si yo fuera a despedirme de ella. Pasé a verla, y llegando a Europa ella murió, y mi padre, había ido al médico el día anterior y se agacha para abrocharse los zapatos, y se muere.
Destituido y restituido
Balaguer me envió a ver a su hermana doña Rosa, que estaba ingresada en el Hospital Mount Sinaí de Miami. Yo salí en el primer avión que tenía American a las seis de la mañana. Estaba con doña Rosa, don Aníbal Páez, que era muy cercano a Balaguer, y don Guaroa Liranzo, que era el cónsul en Miami, y amigo personal del presidente. Balaguer me había dicho que quería que yo fuera para que le dijera cómo estaba ella, a lo mejor creía que sus dos amigos temían decirle la verdadera situación de su hermana. Llegué, y como a las tres de la tarde entré al despacho de Balaguer y le dije que su hermana estaba desconectada, que no tenía ningún problema, y nosotros le habíamos hecho todas las conexiones a través de Alfonso Fanjul, director de la ODC en Miami, para que la vieran los mejores especialistas allí. Como a las ocho de la noche estoy en una reunión, y me llama el general Pérez Bello y me dice: ´hay un decreto quitándote a ti´, y le pregunté qué podía hacer, y me dijo: ´no te preocupes, yo te recojo todas las cosas y te las envío´. Él sentía un gran aprecio por mí. Me fui para mi casa y recibí dos llamadas, una de Donald Read Cabral, que en paz descanse, y me dice: ´estate tranquilo, no le contestes, vete a disfrutar con tu familia´. a los pocos minutos me llama Hatuey Decamps, y me dijo exactamente lo mismo. Me fui con mi esposa a Casa de Campo y después me fui un tiempo a Miami. Un día me llama al Palacio y Bello Andino, y me dijo: ´no le preguntes por qué te botó´. Me recibió, nos saludamos y me dijo que quería que lo acompañara a una cena esa noche, nos reunimos, nos fuimos juntos en el mismo vehículo y ni él ni yo tocamos el tema. Después de eso, todo volvió a la normalidad, como si nada hubiera pasado.
Empresario
Cuando terminé mis funciones como funcionario, volví al sector privado, en el Baninter. Yo era muy amigo de don Ramón Báez, y cuando salí del gobierno él me dijo que yo debía irme a trabajar con ellos.
Banquero
Tras mi salida del Baninter, ingresé al Banco del Progreso, donde estoy ahora, y donde me siento muy contento. Tenemos un excelente ambiente laboral , que se traduce en lo personal.
Nostalgia
De volver a Cuba, volvería a Varadero, ese era el centro donde veraneaba. Es una playa de 21 kilómetros de arena blanca, de agua transparente”
Distancia
Cuando salimos de Cuba, pensamos que íbamos a volver rápido y todavía estamos fuera, pero estamos muy contentos donde estamos ”
Tolerancia
Creo que debemos aceptar a todos como son, respetar el pensamiento de cada quien, sin juzgar, aunque podemos no estar de acuerdo”