“La oración eficaz del justo puede mucho”. Stgo. 5. 16.
Hay personas que parecen tener un don especial para la oración. Tal vez no haya que complicarse demasiado para conocer el porqué de tanta eficacia: ésta se encuentra en el saber vivir la fe; Pablo lo llamaría el ‘cristiano espiritual’.
Cuando nos dejamos dominar por la ‘carne’, es decir, cuando hacemos solo lo que deseamos y no de lo que es justo, lo correcto, nos distanciamos de la comunión con Dios.
Cuando, por el contrario, tratamos de vivir conforme a lo que conocemos que Dios espera de nosotros, cuando tenemos fe y actuamos con fe, cuando amamos como Jesús nos enseñó a amar, cuando damos con un corazón misericordioso, cuando ponemos al Señor como eje de nuestra vida, alimentamos esa comunión con Dios, es entonces, cuando vemos la eficacia de la oración.