A temprana edad, Franklin Domínguez supo que su gran pasión era el teatro, tanto así, que desde aquel entonces ya montaba espectáculos en su natal Santiago. Conforme pasaba el tiempo se preparaba cada día para ser mejor en esta rama artística. Su entusiasmo por la dramaturgia era enorme, pero más grande era el amor que sentía por su padre, y por complacerlo ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde se graduó de Licenciado en Derecho. Tras haber obtenido el título, se lo entregó en sus manos y continuó con lo que en verdad le apasiona. En sus obras, Domínguez nunca se ha parcializado , sino que enfoca realidades, siendo su mayor preocupación mostrar la realidad dominicana. En su repertorio tiene más de 80 obras, como son “Juego de ajedrez”, que refleja el problema domínico-haitiano, y “Gracias Panamá”, donde muestra la realidad que viven los dominicanos en esa nación de Centroamérica. Sus obras de distintas temáticas, han sido adaptadas a nivel internacional, entre las que se destacan “Hostos, el hombre que anhelaba una patria” y “Los sueños de Lincoln”, entre otras.
En el plano político, el actor y presidente del Movimiento de Conciliación Nacional cree en su propia filosofía: la conciliación, y considera que políticamente ningún hombre ni partido, por sí mismo, resolverá los problemas del país. “Se necesita la suma de todas las buenas voluntades que están dispersas en los partidos políticos de nuestra sociedad”, afirma.
1. Niñez
Nací en Santiago de los Caballeros y estudié en la escuela Paraguay, allí recuerdo a mis dos buenas maestras: Italia Acedoti y la señorita Hilda Peña, a quien siempre recuerdo, por supuesto, porque Hilda era muy linda y yo siempre vivía enamorado de ella. Salí de Santiago a la capital a la edad de nueve años, pero ya en Santiago realizaba actividades artísticas junto a mis hermanos. Organizaba veladas, desde ahí comencé a ganar dinero, cobraba a dos centavos la entrada para ver el espectáculo, donde mi hermana y yo cantábamos, bailábamos, actuábamos. Mi hermano, un año menor que yo, era el portero y muchas veces me robaba el dinero.
2. Padres ejemplares
Mi padre, Enecio Domínguez, era agente de seguro de vida y comerciante, representaba muchas casas extranjeras en el país; y mi madre, Sofía Hernández de Domínguez, una mujer muy consagrada a sus hijos, eran padres ejemplares y muy cariñosos. Ambos procrearon diez hijos, y mi padre, fuera del matrimonio, tuvo cinco hijos con diversas mujeres, a quienes mi madre crió como si fueran suyos. En casa no había distinción, ni discriminación entre uno y otro.
3. Llegada a la capital
Aquí estudié en la Escuela Argentina, después pasé al Colegio La Salle y aunque en este colegio hacían muchas actividades artísticas yo nunca participé de ellas, nadie se interesó en ponerme en ninguno de sus repartos. Mi preocupación artística comenzó cuando fui al Cine Olimpia a ver una velada, y me dije a mí mismo: pero yo puedo hacer esas cosas. De ahí comencé a escribir, actuar, y ya en el año 1946, cuando se creó la Escuela de Teatro de Bellas Artes, al año siguiente me inscribí en ella, tenía 16 años. Allí comencé a estudiar con el gran maestro español Emilio Aparicio, el creador de la radionovela en el país. Trabajé con él en el cuadro de comedias Esterlín.
4. Estudios en Texas
Luego de tener unos éxitos acá en el país me fui a estudiar a los Estados Unidos, conseguí una beca por un año en la Escuela de Dramaturgia de Texas, donde hice una gran labor; tanto es así, que merecí un reconocimiento del obispo de Austin, Texas, aún conservo la carta que él me envió, donde me felicitaba por el éxito que yo había tenido como estudiante latinoamericano. Allí en Texas, presenté dos o tres obras, también con mucho éxito. Fue una experiencia magnífica, trabajé con muchachos de diferentes países. En esa época se estrenó la película “Alrededor del mundo en 80 días” y yo monté un espectáculo latino titulado “Alrededor de Latinoamérica en 80 minutos”, el cual tuvo un éxito rotundo en esa ciudad.
5. Mi gran obra
Como ya venía de Texas, cuando regresé al país un grupo de actores me pidió que escribiera una obra para ellos representarla. Entonces se me ocurrió escribir la obra “Espigas maduras,” en contra del régimen de Trujillo. Fue una obra de crítica al tirano, a través de un padre que tenía a sus hijos subyugados y maltrataba a su esposa y se llevaba mal con los vecinos, tuvo una acogida tremenda. Cuando eso, había pasado el accidente de Rómulo Betancourt y la OEA lo había condenado, entonces yo decía en la obra que los vecinos lo abandonaron. Lo interesante era que en ella se hablaba de que había que acabar con el viejo, que si nos unimos podíamos destruirlo y que no era una roca invisible. Gracias a Dios no tuve ningún problema, y sí, ellos censuraron la obra pero esta censura duró dos meses para ser aprobada y cuando me mandan la carta de censura en el año 58, me decían que realmente no estaban de acuerdo en que unos hijos mataran a su padre y que el autor debía de buscar otra solución. Esa fue la obra que me lanzó como dramaturgo.
6. El abogado
Mi papá me obligó a que estudiara Derecho, estudié en la Universidad de Santo Domingo, me gradué y le entregué en sus manos el diploma y le dije que ya yo iba a hacer lo que me gustaba, que era el arte y el teatro. No tuve oposición por parte de él, siempre me apoyó y se sentía muy orgulloso de mi labor. Soy abogado, nunca he ejercido esta profesión, pero sí aplico mis conocimientos en mis obras. Además, estando en Texas estudié Derecho Internacional.
7. Jefe de prensa
Fui jefe de Prensa del Palacio Nacional en el gobierno del profesor Juan Bosch, en el corto período de Molina Ureña, cuando comenzó la guerra de abril, luego jefe de prensa del coronel Francisco Alberto Caamaño y jefe de publicidad de la Revolución de Abril, de García Godoy y de Don Antonio Guzmán. Siempre me llevé muy bien con todos ellos, me distinguían mucho, había mucha comunicación y sobre todo, teníamos muchísima confianza. De momento, escribo un libro sobre mis cinco presidentes.
8. Actor de películas
Aparte de dirigir y actuar, también he hecho cine. He trabajado en 15 películas italianas, también he hecho cinco películas españolas, donde hacía papeles muy interesantes. He estado por mucho tiempo en la producción cinematográfica, fui el primero que hizo en el país la primera película de largometraje llamada La Silla, entre los años 62-63, con Camilo Carrau. En ella se abordaba el régimen dictatorial de Trujillo. Fue una película que participó en dos festivales internacionales de cine, uno en Puerto Rico y otro en Italia, donde tuvo muy buena acogida. En ella actúa un solo actor y tiene una duración de hora y media.
9. El político
Soy el presidente del Movimiento de Conciliación Nacional, aliado al PLD. Este partido lo fundó Héctor García Godoy, no estoy muy abierto en la política porque el momento político en el país es muy difícil, sabemos que aquí hay dos fuerzas mayoritarias: PLD y el PRD, es casi perder el tiempo ponerse a forma fuerzas minoritarias, pero sí creo en lo que es la filosofía de mi vida, en la conciliación. Esta filosofía la transmitió García Godoy. Considero, políticamente, que ningún hombre ni partido solo van a resolver los problemas del país, que se necesita la suma de todas las buenas voluntades que están dispersas en todos los partidos políticos. Hay que tratar de unificar, porque en todos hay gente de buena voluntad que quiere lo mejor para esta nación, para juntos buscar solución a los problemas del país. Esto se logra, a través del diálogo y la conversación.
10. Mis lemas
He llevado una vida muy práctica, quizás por ser del signo de Géminis. Los geminianos somos más prácticos, realistas y observadores. Muchas veces la gente me dice que no me preocupo, y no es así; lo que pasa es que yo adopté hace tiempo varios lemas como: tómalo al paso, y una cosa adelante y otra después. Y eso me ha ayudado bastante en mi vida, a no precipitarme y ver las cosas con un sentido más realista. Puedo decir que momentos difíciles no he tenido en la vida, he sabido buscar las soluciones, creo en esta y en el diálogo.l
Critico la izquierda y la derecha
Generalmente, en ellas escribo una preocupación para reflejar los problemas del momento que acontecen en la República Dominicana.
Por eso, a mis obras yo las considero como sátiras políticas apartidistas, en ellas critico a la izquierda y a la derecha. Realmente mis obras han encajado en cada período político que ha vivido el país.
Una que causó mucho revuelo fue la que presenté sobre el derrocamiento del profesor Juan Bosch, que se llamó “Se busca un hombre honesto”, que la volví a realizar ahora, 48 años después, con el mismo éxito y buscando el hombre honesto todavía. Lo interesante de esta obra era que en ella yo protestaba contra el golpe de Estado en cierta forma.
Luego escribí una que se llamaba “Campaña Electoral,” que cubre el período de García Godoy, y “Se busca un hombre deshonesto”, que cubre el período de Antonio Guzmán. La cuarta obra, con los mismos personajes, se llamó “Colón agua y apagón”, donde aparece el presidente ciego de la República Sálvese Quien Pueda.
En mis obras escribo la realidad política que se está viviendo en el momento, las hago con humor, pero un humor crítico y en ellas trato de reflejar lo humano de sus personajes.
Ideología
“Considero políticamente que ningún hombre, ni partido solo, van a resolver los problemas del país, que se necesita la suma de todas las buenas voluntades”.
Labor en Texas
“Por mi gran desempeño allí, merecí un reconocimiento del obispo de Austin, donde me felicitaba por mi éxito como estudiante latinoamericano”.
Sátiras políticas
“Generalmente, en mis obras escribo una preocupación para reflejar los problemas del momento que acontecen en la República Dominicana”.