“Mi mayor satisfacción es haber cumplido con mi deber siempre”

El magistrado, miembro titular de la Junta Central Electoral, César Francisco Féliz Féliz, inició su andar en la administración pública hace más de cuatro décadas, la última de las cuales ha transcurrido en el organismo electoral.

El magistrado, miembro titular de la Junta Central Electoral, César Francisco Féliz Féliz, inició su andar en la administración pública hace más de cuatro décadas, la última de las cuales ha transcurrido en el organismo electoral. Antes de pasar a formar parte de esa entidad, entre otras posiciones, fue diputado durante 12 años. En su hoja de vida figura la defensa que ejerció a favor de su líder Joaquín Balaguer, cuando en el año 2001, un grupo de reformistas interpuso una instancia ante la JCE, para despojarlo del PRSC, una misión que asumió con el compromiso y entrega que le caracterizan en cada aspecto de su vida, de los que hace galas, y de lo que se siente profundamente orgulloso.

Su experiencia en la política tuvo su dosis de amargura y desengaño, pero sin embargo, para él el privilegio de haber sido apadrinado por el doctor Balaguer, supera cualquier etapa dolorosa en la más noble de todas las ciencias.

1. De Cabral, Barahona
Nací en el municipio de Cabral de la provincia de Barahona, allí hice mi vida. Estudié hasta el octavo curso, porque en ese entonces en Cabral solo se llegaba hasta ese nivel, y luego me trasladé a Barahona a hacer el bachillerato en el liceo de Barahona. Después estuve en tres universidades estudiando. Comencé a estudiar Ingeniería y terminé en Derecho.

2. El mayor de 10 hermanos
Mi mamá se llamaba Martha Féliz y mi papá German Féliz. Mi mamá fue una madre abnegada, dulce. Yo soy el primer hijo de 10 hermanos; tres varones y siete hembras, y en mi familia nunca faltó lo esencial. Siempre mantuvimos una gran unidad, al extremo de que mis hermanos no hacen nada sin hablar conmigo. Siempre buscan mi orientación y me consultan. Estoy pendiente de ellos. Al morir mi padre, de eso hace ya 15 años, y mi mamá murió hace 27 años, desde entonces he estado al frente de mis hermanos, dándoles protección y pendiente de que no se salgan de esa conducta y formación que nos dieron nuestros padres. Hasta ahora, ninguno se ha salido de esas sabias orientaciones. Han seguido el ejemplo de nuestros padres. Mis padres son mi mayor orgullo, porque fueron personas trabajadoras, ejemplares.

3. En el Juzgado de Paz
Estando aquí en la universidad, tuve que viajar a mi pueblo, y estando allá en mi pueblo, en unas vacaciones, me entusiasmó un señor, al que yo quería como a mi papá, don Pablo Urbáez, y me nombró como secretario del Juzgado de Paz, entonces paré los estudios y me entusiasmé con el Derecho, leyendo los códigos, la legislación dominicana y alguna que otra obra de los doctrinarios franceses, y eso me entusiasmó. Me hice licenciado y doctor en Derecho, tengo la licencia y el doctorado.

4. Una época de mucho respeto
En la época en que uno se crió era una época de mucho respeto. Uno escuchaba y obedecía mucho a sus padres, no había esas diversiones que hay ahora. Por ejemplo, cada que vez que yo llegaba de estudiar tenía que irme con mi papá a la propiedad y los fines de semana tenía que irme también con él a trabajar. Es decir, que uno no tenía esa facilidad de hoy. En las vacaciones era igual, me iba a las plantaciones a trabajar con él en las propiedades que él tenía y que aún conservamos. Yo duré cuatro años levantándome a las cinco de la mañana para ir a estudiar de Cabral a Barahona, recorriendo una distancia de 15 kilómetros, eran muy pocos los vehículos y uno pagaba 20 centavos por el pasaje. Si usted no llegaba a las siete de la mañana para abordar uno de esos vehículos, le tocaba irse caminando.

5. El Derecho
Al hacerme abogado, me incliné por la vida política, ejercí poco, pero antes de meterme de lleno en la política, fui primero secretario y después juez de paz, por un período de 10 años. También fui regidor, duré 12 años como diputado, es decir, tres períodos consecutivos, y miembro del primer Consejo Nacional de la Magistratura. Durante ocho años fui asesor en la Cámara de Diputados, es decir, que fui asesor de Héctor Rafael Peguero Méndez, de Lila Alburquerque y de Alfredo Pacheco. Con Valentín estuve poco tiempo , apenas tres meses, porque de ahí vine a la Junta Central Electoral. Aunque me incliné más por la política que por el Derecho, al hacer esto, en la política se reciben muchas decepciones, sinsabores, pero puedo decir, que independientemente de que recibí parte de esas amarguras y decepciones, si lo pongo en la balanza, fui un afortunado y tuve más luces que sombras, porque tuve protectores. En política uno tiene que tener padrinos. En el año 2002, después de que en el 2001 yo duré aquí tres meses y días defendiendo la causa del doctor Balaguer, el Presidente Balaguer quería que yo volviera a ser el candidato a diputado. Llamó a Bello y le dio instrucciones y le dijo que yo era un hombre de su confianza, pero Bello tenía eso comprometido con otra persona. Él me hizo la vida imposible y yo no fui el candidato. Después de eso, el Presidente Balaguer me mandó a buscar varias veces, y yo dije que volvería a la casa de Balaguer cuando él muriera, y así fue. El murió y yo fui a hacerle guardia de honor.

6. La política
Podría decir que fui un político afortunado, porque logré acercarme a un gran líder y fui un buen discípulo que aprendí mucho de él. Fui un hombre cercano al Presidente Balaguer. Sentía mucha admiración por él, y él en mí vio a un joven, para él, talentoso, que podía serle útil en algo; y puedo decir que cuando a él le quisieron disputar y quitarle su partido en el 200, un grupo encabezado por Ángel Lockward, elevó una instancia ante la Junta Central Electoral, y déjame decirte que yo conservo un documento para la historia, donde Balaguer, conjuntamente con el doctor Pina Acevedo y el doctor Héctor Mora Martínez, me designa como su abogado ante la Junta. En ese entonces el presidente del organismo electoral era Ramón Morel Cerda. En ese proceso duré tres meses y días acudiendo a la Junta a defender esa causa, hasta que se emitió la sentencia dándole ganancia de causa y reteniendo la presidencia del partido.

7. Cuatro décadas
Tengo, ininterrumpidamente 44 años en la administración pública. Ya aquí, en la Junta Central Electoral, voy a cumplir 10 años, llegué aquí en el 2006 y de inmediato me quité el traje de político. Para mí no fue tan difícil la transición, pues yo había sido juez de los tribunales, sabía lo que era un árbitro y la imparcialidad que debe caracterizar a ese árbitro y cuál debe ser su comportamiento, saber que es una persona en la que el país pone una responsabilidad como esta. La Junta Central Electoral, aunque no esté escrito en la Constitución de la República, es un supra poder, porque aquí es donde se organizan los poderes. Esta es realmente la casa de la democracia, porque desde aquí es que se organizan las elecciones. Es la Junta la que certifica a los ganadores del torneo electoral. Está en manos de la Junta la paz social, la tranquilidad y el sosiego del pueblo dominicano; por eso, estos cargos son para ser ocupados por personas que sepan la responsabilidad que se les pone.

8. Miembro de la JCE
Para mí fue un reto, fue un compromiso por mi país. Recuerdo que la primera noche, después que nos juramentamos, un 23 de noviembre del año 2006, la primera noche de trabajo yo me fui de aquí pasadas las dos de la mañana, porque me tocó ser miembro de la Cámara Administrativa. En ese entonces, la Junta estaba dividida en dos, una Cámara Administrativa y una Cámara Contenciosa. A mí me tocó la Administrativa, donde estaban todas las funciones de ese organismo; a esa hora, mi esposa me estaba esperando, y cuando llegué, ella me vio agotado y me dice: “¿y ahora es que tú llegas del trabajo? Y le dije que sí, porque habíamos empezado a organizar la casa. Ella me dijo que nosotros no estábamos pasando hambre para yo asumir un trabajo con tantas responsabilidades y saliendo tan tarde. Me dijo que renunciara y dejara eso, pero yo le dije que era un compromiso que había asumido. Ella siguió insistiendo, y un día le dije: “si tú ves que a las once de la noche yo no he llegado, acuéstate, porque los primeros meses van a ser fuertes”. Y así fue. La Junta hay que verla un antes y un después de esta gestión. Yo soy abogado de profesión. Soy notario público de los del número del Detrito Nacional. Mi idea, al terminar mis funciones en la Junta Central Electoral, es descansar un tiempo y después hacer lo mismo que hacía antes de llegar aquí, pero ya con otra visión y con relaciones a otro nivel. Sé que las personas y empresas a las cuales brindaba asesoría, tan pronto termine mis funciones, me van a buscar de nuevo.

9. Vida familiar
Tengo casado 41 años, nos casamos por la iglesia. Mi esposa se llama Milagros Altagracia Féliz, tenemos cuatro hijos, ya son todos mayores de edad. El mayor se llama César, la segunda se llama Idaira, el tercero se llama César Féliz y el más pequeño se llama Juan Francisco. Mi esposa fue profesora durante 25 años. Nos conocimos en mi pueblo. Ella estuvo en un convento para monjas, en el Ángeles Custodios, y por una carta que su tía le mandó y que vieron las monjas, se dieron cuenta de la preocupación que le manifestaba su tía en esa misiva, y pensaron que ella quería irse y le dijeron que debía salir del convento. Afortunadamente la conocí después de eso. Ella siempre ha sido muy de la iglesia.

10. Dolores profundos
Uno de los momentos más difíciles de mi vida fue la muerte de uno de mis hijos. A mí se me murió una niña de dos años, en Cabral, siendo diputado, y a los seis meses de ese golpe, se me murió mi mamá. Esos han sido los golpes más grandes que he sufrido en la vida. Después, a los 12 años de morir mi mamá, murió mi papá, eso fue duro. Mi mamá murió sumamente joven, ella murió de 55 años y mi niña de dos años, se ahogó en la casa, en un tanquecito de agua, fue a coger agua y se cayó de cabeza. Yo estaba en la capital, me llamaron y salí de noche para Cabral. Eso fue en diciembre de 1998.

El final de la carrera política

“Cuando pretendieron despojar a Balaguer de su partido, en principio, él se sentía enojado, porque por su mente nunca pasó que personas protegidas por él, y a las que tuvo muy de cerca, iban a querer, ya en el otoño de su vida, despojarlo de su partido; al extremo de que en varias ocasiones llegó a decirme que él iba a renunciar del partido, y que ya a él lo que lo esperaba era la muerte y que él no ambicionaba nada, que él aquí en la tierra no tenía ningún tipo de ambición a las cosas materiales, que a lo único que le tenía miedo era al juicio de la historia, que más tarde o más temprano lo iba a juzgar, pero que fuera de ahí, no le interesaba más nada, al extremo de que en vida, todo, lo mucho o lo poco que llegó a tener lo regaló a diferentes instituciones. En el año 2006, antes de nombrarme en la JCE, Quique Antún, a la sazón presidente del PRSC, me mandó a buscar y me dijo que yo sería el candidato a diputado, y yo le dije que en esa demarcación estaba aspirando un primo hermano mío a esa misma posición. Le dije que lo mandara a buscar y hablara con él. Mi mayor satisfacción es haber hecho las cosas bien, haber cumplido con mi deber siempre. Ninguno de mis hijos, amigos y familiares se va a sentir avergonzado cuando mencionen mi nombre. No tengo nada de qué arrepentirme”.

Balaguer
“A Balaguer, la mayoría de la gente no lo odiaba personalmente, lo que odiaban, era, como él dijo una vez, la “silla de alfileres”.

Un supra poder
La Junta Central Electoral, aunque no esté escrito en la Constitución de la República, es un supra poder, porque aquí es donde se organizan los poderes”.

Juez de paz
“Al hacerme abogado, me incliné por la vida política, ejercí poco, pero antes, fui primero secretario y después juez de paz, por un periodo de 10 años”.

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