“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados”. Sal. 103.
Afortunadamente Dios tiene una especie de mala memoria frente a sus hijos. Cuando llegamos a Él humillados y con un corazón arrepentido, Dios olvida todo lo que hicimos: nuestras iniquidades, nuestros rechazos, nuestras mezquindades, nuestros pecados.
Es como si le diera a la tecla de “delete” de su computadora divina. La de Dios, es una “malamemoria” inducida, pues es fruto de su amor y de su misericordia.
No tengamos miedo de venir a sus pies, pues nuestro padre celestial no hará otra cosa que inclinarse, tomarnos de las manos, levantarnos, abrazarnos y darnos labienvenida.