Los primeros años de su vida transcurrieron en Santo Domingo, pero entre los siete y los ocho años se trasladó a Moca, donde vivía su padre. Mientras ayudaba en las labores agrícolas, en su mente acariciaba la idea de volver a Santo Domingo para alcanzar su sueño de convertirse en un “periodista de política”.
Por allá, por el año 1968, todo apuntaba a que lograría lo que tanto deseaba. Sin embargo, la vida lo llevó por otro camino. Nacía el proyecto de Wilfrido Vargas y éste lo llamó para que se integrara en la parte promocional, aceptó, y esta experiencia le abrió otras puertas, hasta llegar por fin a la televisión como animador y presentador.
Domingo se considera un hombre feliz, orgulloso de su carrera y de haber roto con estereotipos, tanto en la conducción de programas como en la forma de vestir y hasta en el tono de voz que debían usar los presentadores.
En lo personal, como todo ser humano, ha pasado por situaciones muy tristes, algunas insuperables, como la muerte de su madre, a quien a pesar del tiempo todavía extraña y con la que quisiera compartir su presente y su futuro, así como antes compartieron todo su pasado.
1. Mocano de corazón
Yo nací en Santo Domingo, pero me crié en un campo de Moca, que se llama Hincha la Rosa, porque mi padre vivía allá. Mis padres se llamaban Arsenio Peralta y Providencia Bautista. Mi padre era un agricultor, entonces yo, a la edad de siete u ocho años me fui a residir a Moca. Por eso, yo me siento ser mocano, porque todo mi desarrollo y mi crecimiento como persona se dio en un campo de Moca. Allí me dediqué a las labores propias del campo, hasta que en el año 1967 tomé la decisión de venir a la capital, cargado de esos sueños que todos los jóvenes tenemos, de realizarnos, cumplir sueños, lograr metas.
2. Niño tremendo
Yo era muy travieso. Demasiado travieso. Yo tenía demasiada energía y tenía que quemarla. A mí me castigaban muchísimo. Recuerdo que uno de los profesores me hincaba, me ponía dos piedras en las manos, eso ya no se usa, pero era que uno tenía muchos bríos. Yo hacía muchas travesuras y peleaba con los otros muchachos. Otro profesor nos mandaba a callar y si uno seguía hablando, él, desde allá, desde el pizarrón, nos lanzaba un borrador. En la casa tampoco era fácil. Una vez, a mi hermana Luisa, yo la cargué y la senté en un cajón lleno de excrementos de gallina. Ya tú sabes.., mi papá no me perdonó eso nunca, ni mi hermana Luisa tampoco. También me daban mis pelas.
3. Llegada a los medios
Pese a haberme criado en un ambiente muy distinto, siempre tuve la inquietud de dedicarme a la comunicación. Recuerdo, estando en Moca, que al director del canal 4 en esa época, Ramón Lorenzo Pereyra, desde allá, yo le mande una carta solicitándole que me dieran autorización para yo hacerme camarógrafo, porque eso me gustaba, pero no de estudio. A mí me gustaba estar donde había un rebú. Eso me despertaba interés, era una época muy convulsionada políticamente. Años después yo comienzo mi carrera como reportero. Primero, en Radio televisión Dominicana. Fui un asistente, si se quiere, del Departamento Fílmico, en esa época no se usaba el videoclip. Mi primer contacto con la comunicación fue en el año 1968. De ese departamento me trasladaron al Departamento de Prensa, donde el poeta Rubén Darío Vallejo era el director de Prensa de esos años. Así comienza la carrera de Domingo Bautista como reportero radial. Trabajé en la Voz del Trópico con don Mario Rivadulla, en HIJB con don Pedro Gil Iturbides, y en la última estación de radio que trabajé fue en Radio Clarín.
4. En el espectáculo
Podría decirse que después de mi experiencia en la radio, inicio una segunda etapa en mi carrera, es cuando conozco al maestro Wilfrido Vargas, que se iniciaba con su proyecto de Los Beduinos. Él, al tener referencias de que yo estaba ligado a la radio y los medios de comunicación, me pide que me sume al proyecto para que desarrollara las labores de promoción y relaciones públicas, entonces, ahí es que yo caigo en el mundo del espectáculo, que no estaba en mis sueños ni en mis metas. A mí me gustaba el periodismo político, pero Wilfrido Vargas es el responsable. Luego del proyecto de Wilfrido Vargas, vino el proyecto del maestro Sony Ovalles, que fue muy exitoso, allí manejé la parte estratégica de promoción.
5. Figura de televisión
Luego de Wilfrido Vargas y Sony Ovalles, se inició un proyecto llamado TV 13, en el canal 13, estamos hablando del año 1986. Esa fue la oportunidad de entrar a la televisión. Llegar a la televisión en esa época era difícil. Primero, estaba muy limitado, y segundo, porque había una élite, si se quiere; entonces no había espacio en la televisión, era una élite intelectual, eran figuras con demasiado peso, como Yaqui Núñez, Freddy Beras Goico, Roberto Salcedo, Julie Carlo, Daniel Díaz Alejo, Zoila Luna… Entonces, a nosotros nos tocó entrar como nueva generación. Entramos al canal 13 bajo la dirección de Summer Carbuccia, el primer programa fue Radio TV, junto a Aracelys Melo, mi compañera fallecida a destiempo. Lo que hicimos ahí revolucionó, eso rompió con todos los patrones de la época. El segundo proyecto que vino fue Súper Éxitos, que era esencialmente musical, que también fue muy exitoso. Se dio ese fenómeno, muchas críticas a Domingo Bautista y su estilo, un tanto irreverente, insolente, si se quiere, por el estilo de animación: voceando, bailando y llevando este tipo de colores, que en esa época no era usual. En los códigos de colores era raro un hombre vestirse de rojo, de verde, de amarillo, de rosado, de mamey, eso creó toda una conmoción en el espectáculo. En ese caso, don Adriano Rodríguez, que era el arrendatario de la programación de Color Visión, me conquista, me lleva a Color Visión y me entrega el horario de las tardes, de 3:00 a 6:30 de la tarde, donde hicimos el bloque Súper Tarde y Súper Revista de Color Visión.
6. Los colores de Domingo
Los colores para mí, hasta cierto punto, son una especie de rebeldía interior hacia los patrones y los estereotipos que la sociedad te impone en los términos del vestir. Los colores generaron toda una serie de comentarios, porque nunca se había visto a un hombre con un atuendo rojo entero, o mamey, o verde. Yo quería romper con eso y dejar claro que porque yo me pusiera un atuendo rosado, yo no era homosexual. Lo que a mí se me criticó, hoy es una tendencia.
7. Padre y esposo
El esposo es ya un hombre bien, aunque al principio era un poco alocado, con muchas energías, pero ya gracias a Dios he logrado la estabilidad emocional, con etapas superadas. Tenemos un hogar muy bonito y estable gracias a Dios. Tengo la satisfacción de que mis hijos están enrrumbándose por caminos de trabajo y realizaciones. Me siento muy feliz. Soy un hombre amante del hogar. Me gusta ver una mesa organizada para comer en familia, eso es hogar. Me gusta ver la casa bien organizada, la mesa, la cama, la ropa bien planchada, todas esas cosas yo las disfruto.
8. Un dolor insuperable
Lo más triste que me ha sucedido en la vida es la muerte de mi madre, porque no la esperaba. Teníamos un vínculo muy profundo, y aún cuando eso se produjo hace seis años, todavía yo me siento afectado por su muerte. Cada vez que la recuerdo, cada vez que evoco ese nivel de relación que teníamos, me entristezco. Puedo decir que mi vida cambió desde que ella murió. Mi forma de ver las cosas, mi manera de actuar, con la muerte de mi madre, doña Providencia, cambió. La gente te dice que es un proceso natural, pero esas palabras te suenan vacías, no te convencen. Uno no acepta la muerte de un ser tan querido y tan cercano. No estamos preparados para eso y siempre será un dolor permanente ese tipo de acontecimientos. No lo he superado. Muchas veces la nostalgia me embarga. Nuestra relación era excelente. Yo era un admirador de mi madre, ella fue una mujer emprendedora, luchadora, batalladora, brillante. Mi mamá era una mujer de negocios, de proyectos ambiciosos, grandes, que siempre realizó. La tengo presente permanentemente, tanto en los momentos de alegría como en los de tristeza.
9. Aspiraciones
Profesionalmente creo que en mi carrera estoy en un punto de estabilidad y de consolidación, ya tú pasas a ser, si se quiere, como una institución, cuando tienes ya tantos años y has logrado permanecer. Y en términos personales vivir tranquilo, ser un apersona que trata de desenvolverse de forma normal ante la sociedad. No soy un hombre que busca trascendencia social, o grandeza, ni busco riquezas, ni me gustan los conflictos. Si Dios me garantiza ese nivel de vida, yo feliz y no necesito más nada.
10. Para ser exitoso
Primero, hay que formarse, después tener la habilidad para saberte manejar, permanecer y saber que en este negocio hay sus altas y sus bajas, y saber que no es fácil, que esto no es un paraíso, que esta es una selva donde tendrá que enfrentar situaciones, tener el tacto, tener la habilidad, tener el manejo para poder sortear situaciones que se te presenten. Creo que parte de mi éxito es que me he podido mantener como un ente no conflictivo, no contestatario, tratando de armonizar con todo el mundo. A veces se presentan situaciones y trato de evadirlas.
Los pros y contras de ser famoso
Para mí, el ser foco de atención donde quiera que uno esté es lo que me resulta más incómodo, no me gusta. Me gustaría manejarme de forma normal y llana y de ser uno más, pasar inadvertido. Cuando eres figura pública y llegas a un sitio, todo el mundo centra su atención en ti y creo que eso te hace perder un poco. De una u otra forma te hace tener que asumir algunas actitudes que no van con lo que tú eres interiormente. Personalmente, soy una persona muy corriente, llana, soy enemigo del protocolo, de la formalidad y de las poses, trato en la medida de lo posible de ser auténtico, de ser llano, de ser corriente.
Yo creo que soy figura de televisión o de radio, cuando estoy frente a una cámara o frente a un micrófono, a partir de ahí yo soy el tipo normal, que limpia los zapatos en la calle, que se come un mondongo… Soy el tipo que hace vida, soy el tipo que hace fila en el banco. Para mí todo eso es vivir, cuando tú te distancias de la realidad te conviertes en un ente muy raro. Yo no me divierto en nada. Tengo ya 40 años en los quehaceres del espectáculo, lo he vivido todo, lo he hecho todo. Entonces, ya uno entra en una etapa de moderación, si se quiere, hasta de un bajo perfil, porque para mí, nada es nuevo. Yo lo he visto todo. He estado en todos los eventos aquí y fuera del país. Ahora lo que disfruto es la tranquilidad del hogar, mientras menos alboroto, mientras menos escándalos, mucho más feliz me siento.