Con una vida tan de película como sus legendarias interpretaciones, Elizabeth Taylor encarnaba a la perfección lo que significaba ser diva en el Hollywood clásico. Con su muerte, se reducen los nombres de las divas de aquella época.
En esta escueta lista ocupa un puesto especial la inolvidable Debbie Reynolds, un año más joven que Taylor. Y es que, curiosamente, la Kathy Selden de “Cantando bajo la lluvia” protagonizó con su entonces amiga Liz uno de los escándalos más sonados dentro del “star system”, por el que ambas pasaron más de cuatro décadas sin hablarse.
Corría el año 1955 cuando Reynolds, toda una estrella de los musicales, se casó con el cantante Eddie Fisher, formando un matrimonio que la prensa rosa calificaba de “perfecto” y que tuvo como fruto a la también actriz Carrie Fisher. Pero la felicidad le duró poco a la pareja, pues cuatro años más tarde Fisher abandonaba a la rubia intérprete para convertirse en uno más de los siete maridos de Taylor.
La anécdota generó ríos de tinta en la prensa rosa hasta que ambas divas olvidaron sus viejas rencillas y se reconciliaron a principios del siglo XXI. Tras su divorcio, Reynolds se casó con el propietario de una cadena de zapaterías, pero en los años 70, su bancarrota hizo que la actriz perdiera también su millonaria fortuna. Ahora dedica sus energías y el dinero que gana a su proyecto de museo de Hollywood, para el que ya cuenta con una colección de más de 3.000 trajes.
De una generación anterior a la de Taylor y Reynolds son las hermanas Olivia de Havilland (94) y Joan Fontaine (93). La rivalidad también marcó sus vidas, pero esta vez en el terreno profesional, hasta el punto de competir por el Oscar a la mejor actriz en 1942.
Fontaine se llevó a la estatuilla por el thriller hitchcokiano “Sospecha”, aunque al final, Olivia la superó alzándose dos veces con el galardón: por “To Each His Own” (1947) y “La heredera” (1950). Ambas viven actualmente lejos de los focos, Joan en California y Olivia, que tras la muerte de Gloria Stuart se convirtió en la decana de las leyendas vivas, en París.
Todo lo contrario que Lauren Bacall, que sigue en activo a sus 86 años y antes de que acabe éste estrenará el drama “Carmel”, junto a Alfred Molina. La bella actriz que se enamoró de Humphrey Bogart cuando apenas tenía 19 años (y él 44) saltó a la fama de la mano del galán de “Casablanca” en “To Have And Have Not”.
Después, ambos quedaron inmortalizados en otros tres filmes: “The Big Sleep”, “Dark Passage” y el clásico de John Houston “Key Largo”. Sin embargo, tuvo que desprenderse del magnetismo de Bogart para que la industria la considerara entre las grandes. Aun así, no fue nominada al Oscar hasta 1997, con “The Mirror Has To Faces”. Y en 2010, la Academia compensó su olvido entregándole la estatuilla honorífica.
Aunque para prolífica la inolvidable Doris Day, que no paró de cantar y bailar durante los 50 y los 60, entre otros con el que fue su pareja cinematográfica por excelencia: su gran amigo Rock Hudson. Con él recibió su única nominación al Oscar por “Pillow Talk” y protagonizó los clásicos “Lover Come Back” y “No me mandes flores”.
Completan la lista de divas del Hollywood dorado una de las estrellas infantiles más populares de todos los tiempos: Shirley Temple. Fue la primera en recibir un Oscar Juvenil (1935), en una década en la que protagonizó más de 40 películas. “Stand Up Cheer!”, “La pequeña coronela” o “Pobre niña rica” son algunos de sus filmes más recordados.
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