El hecho religioso y las iglesias están siendo puestos a examen seriamente por primera vez en la historia. Nunca ha habido tantos agnósticos, ateos, religiosos no creyentes, ni tantas sectas con seguidores que se pueden contar con los dedos de las manos. Las tres grandes religiones que se disputan el diezmo han salido del Medio-Oriente, y allí en vez de paz lo que siempre ha habido es guerra. Paraísos perdidos con una visión apocalíptica del futuro que nos hace el presente insufrible.
¿El cristianismo que la mayoría de los occidentales profesamos hoy corresponde al pensar de los cristianos originales? Creo que alguna vez lo fue; pero dudo que hoy sea así. Ni siquiera la estética o ritos de la vieja cristiandad permanecen iguales. De las catacumbas cristianas a la basílica de San Pedro, en El Vaticano, hay tanta diferencia como la hay entre la oficina de Donald Trump y la Baticueva de Batman. A riesgo de excomunión, creo que Occidente deberá inventarse otra religión más acorde al occidental moderno. La barbarie medioriental nos está llevando a ruina y muerte “en nombre de Dios”. Y nuestra concepción del mundo hoy es más científica y técnica, que espiritual y cultural.
Para quienes buscan la espiritualidad en pastillas, libros de auto-ayuda o en historias hollywoodenses, ya está en los cines “El despertar de la fuerza”, que sería su opción espiritual para reemplazar a judíos, cristianos y musulmanes. De hecho ya existe una iglesia dedicada a la religión de los Jedis, nombre muy parecido a Jihad, y tiene una estética parecida a las de medio-oriente.
Menudencias salvables para sus seguidores, que ya son cientos de miles quienes creen de verdad en eso; como creen los mormones, musulmanes, anglicanos o judíos en las suyas. Su génesis, la de los Jedis, comenzó como una broma cuando en el Censo del 2001, en Gran Bretaña, se le pidió a los ciudadanos que indicaran en una casilla sus creencias religiosas. De esa encuesta surgieron 390,127 personas, un 0,7 por ciento de la población, identificados como “Jedis”, más gente que los miembros de la Cienciología o los Testigos de Jehová en muchas partes, y además tienen un templo en la Web, al alcance de los cibernautas; aunque no sé si estos Jedis tienen a George Lucas como su profeta.
Una religión con una base filosófica griega y rituales romanos paganos que ofrezca paz y disciplina personal no me parecería nada mal, Bertrand Russel la aprobaría. Además, siempre queda el recurso de unirse al lado oscuro de la fuerza que acaba de despertar en los cines, o al 01 de Animatrix; aunque no creo que muchos aprueben el riguroso examen de admisión.