Embarcarse en una exposición junto a Damien Hirst es una manifestación de confianza en ti mismo y, si además decides salir de tu zona de confort y presentar técnicas y temas nuevos, demuestras la conciencia de la propia competencia, la seguridad que dan la investigación y el trabajo. En eso está Amaya Salazar, una artista en plena madurez y consciente de ello; por eso se arriesga, para entender la diversidad de su mundo, y presentárnoslo desde las posibilidades que dan los nuevos soportes y tendencias. Y es que el Arte es una aprehensión sensorial de aquello que todavía no entendemos totalmente de nuestra realidad externa e interna, pero que hay que ir tras sus significados a través de cualesquiera medios disponibles; y si es con el Arte, mucho mejor.
La exposición Redes, que presentará la galería Arte Berri el próximo 29 de octubre, nos muestra diez obras de Amaya Salazar junto a varias de Damien Hirst. El tema principal, en el caso de Amaya, es la idea de las redes. Redes que hacemos; redes que nos envuelven; redes que envuelven a otros; redes que nos salvan o que nos pescan. Esas redes son expuestas desde dos técnicas distintas. Una, el acostumbrado formato de óleo sobre tela, y otra la de la estructuración del mensaje a través de materiales nuevos, como los paneles de metacrilato laqueado con poliuretano mate. Nuevos soportes que han sido diseñados y pintados por Amaya para que sean conjunto de luces, sombras y movimientos en redes de ideas, sensaciones y emociones.
Los formatos más grandes que presentará la exposición de Amaya Salazar traen la conocida iconografía de la artista; mujeres en su mundo propio. Pero en esta muestra las recubre de una especie de redes, de mantones telúricos que casi sirven como de una protección ante el exterior, para mantenerse en ese mundo propio que les ha creado Amaya. Hay, en particular, una pieza que no sabemos si ponerla en horizontal o vertical, el efecto funciona igual; pero sea como sea, la red la cubrirá y protegerá. En esa ambigüedad también podríamos pensar si se trata de una red como ardid o engaño de que alguien se vale para atraer a otra persona.
En la exposición los techos participarán de la fiesta de las paredes, y algunas piezas danzarán en medio de los salones junto a los espectadores. Al magnífico trabajo curatorial de Bingene Armenteros se une la colaboración de Javier Pérez Pittaluga. Si unimos todo eso a la belleza del edificio colonial donde opera Arte Berri, y a Damien Hirst, tenemos una de las mejores exposiciones que se podrán ver en Santo Domingo durante mucho tiempo.