Las plantas a carbón

Cuando dejé la Vicepresidencia Ejecutiva de la CDEEE y retomé mis escritos semanales en este prestigioso diario me propuse no escribir sobre energía por un largo tiempo. Esto así porque entendía que había que darle la oportunidad a las nuevas…

Cuando dejé la Vicepresidencia Ejecutiva de la CDEEE y retomé mis escritos semanales en este prestigioso diario me propuse no escribir sobre energía por un largo tiempo. Esto así porque entendía que había que darle la oportunidad a las nuevas autoridades para seguir mejorando el sector y si en algo intervenía tenía claro que sería para apoyar, he repetido miles de veces que el problema eléctrico no es de una administración, ni de un gobierno: es del país.

Lo que podía tener seguro la nueva administración es que no los haría pasar por el tránsito que tuve que recorrer de ataques diarios, que aún se mantienen, a dos años de haber dejado la posición, porque nunca se entendió que los cargos públicos son transitorios y para servir a los demás, que nunca deben ser parte de un proyecto político personal, porque el incumbete que actúa de esa manera le falta al país, le falta a su partido y al gobierno que dice servir.

Asumí el cargo como un gerente decidido a que durante el tiempo que permaneciera frente al sector daría lo mejor de mí. Para mí fue muy claro que el costo sería alto, porque enfrentaría intereses que por años impidieron la solución de un problema que por largo se entiende complicado. En la vida nada es difícil si se hace con pasión y dedicación. Si se rodea de las personas adecuadas que comulguen con los mismos intereses: el país.

Hice poca publicidad de los logros, primero no tenía mucho dinero para invertir en publicidad y segundo no es mi estilo. Precisamente en estos días releyendo algunos papeles, me encontré con uno de los miles de documentos interesantes que en su momento plasmaré en un libro, donde ya a finales de septiembre le informábamos al Banco Mundial haber cumplido con una de las condicionalidades que permitieron recibir 700 MMUSD para estabilidad presupuestaria, que era la de reducir la deuda acumulada de enero a junio pagando las facturas corrientes en 100USD.

Justo al primer mes de nuestra llegada ya esta condicionalidad había sido cumplida y es bueno recordar a los lectores que era la primera vez desde el 2001 que se cumplían las condicionalidades con los organismos internacionales, recibiendo financiamientos blandos, no para el sector eléctrico, sino para mantener la estabilidad macroeconómica amenazada por la crisis internacional del 2008.

Pero mi intención de hoy no es hablar sobre condicionalidades, reducción de deuda, o del caos que encontré. Muchos medios de comunicación y otros vía mi correo electrónico me han estado preguntando sobre las plantas a carbón, que han tomado más notoriedad en estos días no solo por la necesidad que tenemos que entren en funcionamiento lo antes posible, sino por la sentencia del Tribunal Superior Administrativo que ordena detener la licitación y la construcción de las mismas hasta que no sea conocido un recurso interpuesto por representantes de una de las firmas que licitaron y perdieron.

Esto ha entusiasmado a los que nunca han querido el ordenamiento del sector eléctrico por aquello de “que en mar revuelto ganancia de pescadores”, y también a defensores del medio ambiente, algunos con buena intención, otros que pescan en el mismo mar.

Junto con la Comisión Nacional de Energía elaboramos el plan de ampliación del parque de generación 2010-2030 y el objetivo fundamental era adicionar capacidad, variando la canasta de combustibles para abaratar la generación para permitir al consumidor y a la producción reducir el peso del costo de la electricidad y recibir un servicio de calidad.

Disminuir nuestra dependencia de diesel y fuel oil es imperioso y un camino lo es la construcción de estos 769 megas que ya están en proceso en Catalina y que de acuerdo a cálculos no míos, sino de un ingeniero que ha trabajado muy de cerca con el sector eléctrico, el ahorro de generar a 0.12 el KW sería de 2.5 millones de USD diarios, 75 millones mensuales y 900 millones anuales. No tengo que hablar más de la importancia de esta obra.

Para los que abogan por gas, su uso sin duda es más limpio, pero aun cuando hay importantes reservas que estarán disponibles a precios competitivos en varios años, aun su comercialización es complicada y su precio, excepto por el contrato de AES, resulta mayor que el fuel oil.

Las tecnologías actuales son mucho menos contaminantes que las de hace varios años y son muchos los países que han logrado desarrollarse por medio de este combustible y me pregunto: ¿qué contamina más, miles de plantas de emergencia diseminadas por toda la geografía o dos plantas de alta tecnología controladas ambientalmente?

Llegará el momento que podamos tener más gas natural y que el peso de este combustible en la generación sea superior al 50%, pero por el momento la construcción de estas plantas debe ser una demanda nacional como lo fue el 4% para la educación. La construcción de Quisqueya I y II han reducido el precio del mercado spot en 0.06 KW y evitado apagones por falta de capacidad, las plantas de Catalina tendrán en el 2017 un impacto positivo aún mayor, serán el inicio del fin de una pesadilla de años.

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