Ninguna persona interesada en el conocimiento de la dominicanidad, sea criolla o extranjera, pasaría por alto la obra Intimidad en la Era Global: Memorias de Bernardo Vega Boyrie, cuyo primer tomo acaba de salir de la imprenta con reveladoras remembranzas sobre la niñez, la adolescencia y la primera juventud del conocido historiador y economista dominicano.
Tanto los que conocen al Vega de las investigaciones historiográficas como los que han seguido sus trabajos de arqueología y economía, podrían sorprenderse con estas memorias en las que el autor da cabida a los sentimientos, permitiendo al lector un ejercicio fenomenológico, introduciéndose en vivencias familiares que contextualizan etapas históricas del revolucionario siglo XX para el mundo y República Dominicana en particular.
Desde la introducción, en la que Bernardo explica por qué empezó a escribir sus memorias “un mes antes de cumplir los 76 años y un mes después de sufrir un infarto”, pasando por las semblanzas de sus antepasados, sus experiencias estudiantiles dentro y fuera del país, sus años de funcionario público y privado, sus recuerdos del auge de la dictadura y su decadencia, hasta su inserción en la Nueva Era en el año 1962, cuando se casa por primera vez a los 24 años y empieza a trabajar en el área de las finanzas.
Las experiencias en el colegio católico de Inglaterra, “las caídas de las escamas de sus ojos en Filadelfia”, sus viajes por la Europa de la post guerra, se complementan con su empleo de una metalúrgica en Pedernales, desde donde viaja constantemente a la Ciudad Trujillo de las postrimerías del régimen dictatorial.
El “Diario Clandestino” es un retrato personal de esa etapa escalofriante.
Las más de 300 páginas de estas Memorias no podrían ser más intensas, convenciendo de su sinceridad hasta al lector más suspicaz. Entre la “argucia dominicana” y la “ética sajona”, surgen grandes expectativas sobre los cuatro tomos venideros, que esperamos con interés.