“Lamento profundamente el fallecimiento de nuestro querido y admirado Carlos Fuentes, escritor y mexicano universal. Descanse en paz”, dijo el mandatario en su cuenta en la red de microblogs.
Justo esta mañana, los diarios publicaban el desmentido sobre la muerte de otro de los grandes de las letras, la de Gabriel García Marquez, pero el cierre de la tarde terminaría por llevarse a cualquier otro, en este caso, le tocó al crítico escritor mexicano. La prensa mexicana dijo que el autor de “La región más transparente” murió por problemas cardiacos en un hospital del sur de la capital mexicana.
El escritor mexicano, formó junto a su compatriota Juan Rulfo y sus amigos Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier y Mario Vargas Llosa, lo que fue la generación del “boom latinoamericano”.
A sus 83 años aún no pensaba en el retiro, apenas ayer el diario El País publicó una entrevista al escritor, en la que decía que había terminado su libro, “Federico en su balcón” y que este lunes comenzaba a escribir el próximo “El baile del centenario”, sin embargo, la muerte lo sorprendió antes de agarrar el lápiz, porque según decía, aún así escribía.
Contrario a lo que muchos podían pensar, Carlos Fuentes no era mexicano de nacimiento, aunque sí de corazón. Nació en Panamá y a los 16 años donde se graduó de derecho, más tarde también estudiaría economía en Ginebra.
No solo fue un crítico implacable contra la incapacidad de México para construir una auténtica democracia, sino que también lo fue con la pérdida del idioma, el cual defendía con uñas y dientes. “El idioma quería decir para mí nacionalidad: era un conjunto opresivo de significados sujetos siempre a lucha, a reconquista”, había dicho.
Entre los muchos premios que ha recibido destacan el Cervantes (1987), el Príncipe de Asturias de las Letras (1994), Premio Rómulo Gallegos en 1977, el Nacional de Literatura de México (1984) y en 2009 la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica.
En marzo pasado, el autor de “La Muerte de Artemio Cruz” aseguró que el presidente de México, Felipe Calderón, se equivocó al enfocar las baterías a un solo tema, la lucha contra el narcotráfico, el cual no puede combatirse simplemente con el ataque a los narcotraficantes en el país sin la colaboración de Estados Unidos.
“Donde se compra la droga, se protege a los traficantes: si no hay un acuerdo binacional todo el problema recae y se queda en México”, aseveró el narrador y ensayista, luego de participar en el anuncio del ganador del Premio Formentor de las Letras 2012, el escritor español Juan Goytisolo.
Respetado por presidentes, nunca tuvo temor de hablar y sin pelos en la lengua, ya en el pasado, durante el mandato de Vicente Fox, llamó a ése un “gobierno holgazán”, al dejar pasar su gran oportunidad de pasar a la historia, al sacar del poder, 71 años después, al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Recientemente, el turno le tocó a Enrique Peña Nieto, ya que en una entrevista para CNN en español, el escritor dijo “no quiero ni pensar que Peña Nieto pueda ser presidente y no porque no haya leído nada… es un hombre que no está preparado para ser presidente, los problemas son demasiado grandes y los desafíos son enormes y el personaje me parece muy pequeño”. Pero no fue el único, consideró que México estaba a dos candidaturas que consideraba “mediocres”
