Una de las áreas de mayor impacto social en cualquier país es la de seguridad social, principalmente los servicios de Salud. Es por ello que en un esquema de seguridad social se precisa que haya unidad y uniformidad entre los actores, de forma que los procesos se desarrollen de manera adecuada y se logre el objetivo fundamental: ofrecer un eficiente y accesible servicio de salud para todos.
En República Dominicana, desde la aprobación y puesta en funcionamiento de la Ley 87-01 de Seguridad Social, hace más de una década, lo que ha primado entre los actores del sistema es la división y las acusaciones y contraacusaciones sobre las responsabilidades que les toca a cada quien y que por una razón u otra no se cumplen.
Problemas como la falta de cobertura, cobros ilegales de médicos, deficiencias de algunas clínicas, abusos contra los pacientes, mala práctica, limitaciones de acceso a medicamentos, altos costos y otras irregularidades que a diario son denunciados, terminan siendo rebotados por los titulares de las entidades correspondientes y responsables como el Ministerio de Salud Pública, la Superintendencia de Salud, el Consejo Nacional de la Seguridad Social, las ARS, las clínicas privadas, el Colegio Médico Dominicano y otros más.
El titular de la Sisalril dice que tales o cuales procesos son responsabilidad de Salud Pública o de Senasa, Salud Pública le tira la pelota al CNSS, el Consejo se la lanza a los médicos o a los centros de atención, éstos a su vez le echan la culpa a las ARS y así se la han pasado durante los últimos diez años, un período en el que todos se han estado beneficiando de los miles de millones de pesos que aportan trabajadores y patronos para sostener un sistema que se mantiene deficiente y con pocos avances.
Hasta que no se establezcan responsabilidades públicas, sanciones efectivas, objetivos comunes y plazos fatales para la puesta en funcionamiento de lo que aún marcha muy mal, el sistema seguirá tan deficiente como hasta ahora. Se preguntarán qué se requiere para lograr eso. La respuesta es simple y sencilla: Voluntad política y autoridad…