En la continua escalada de tensiones en la península coreana, Corea del Sur prometió una “respuesta firme” a la agresión de su vecino del Norte.
La presidenta Park Geun-hye dijo que estaba tomando “con mucha seriedad” la serie de amenazas que Pyongyang ha lanzado en días recientes.
En la última de estas amenazas, el sábado, Corea del Norte dijo que había entrado en un “estado de guerra” con Corea del Sur.
La presidenta Park ordenó este lunes al ejército de su país “responder con fuerza” en el caso de un ataque de Corea del Norte.
“Si se produce cualquier provocación contra nuestros ciudadanos y nuestro país, debemos responder con fuerza en la etapa inicial, sin tener en cuenta consideraciones políticas”, aseguró Park en una reunión con el ministro de Defensa del país, Kim Kwan-jin.
“La razón de ser de las Fuerzas Armadas es proteger al país y al pueblo de las amenazas”, argumentó la mandataria, que a solo un mes de asumir oficialmente el cargo está afrontando una de las mayores crisis de los últimos años en las relaciones entre ambas naciones.
La respuesta de Seúl es la más recientes de una serie de amenazas mutuas que comenzaron cuando Naciones Unidas impuso nuevas sanciones contra Corea del Norte.
Pyonyang respondió anunciando el fin de los pactos de no agresión con su vecino del Sur.
En los últimos días, Corea del Norte también advirtió sobre ataques a blancos de Estados Unidos, a lo cual Washington respondió con una aparente muestra de su poderío militar al enviar aviones de combate a Corea del Sur.
Pero, ¿realmente es Corea del Norte una amenaza para Estados Unidos y sus aliados en Asia?
Mientras algunos observadores califican esta retórica de fanfarronada, otros advierten de la “tiranía de bajas expectativas” cuando se trata de entender el país, ya que sí han existido confrontaciones regionales serias.
“Si se sigue a los medios norcoreanos se puede oír un lenguaje belicoso continuo dirigido a EE.UU. y Corea del Sur -e incluso ocasionalmente a Japón- y es difícil saber cuándo tomárselo en serio. Pero si uno se fija en las ocasiones en las que sí pasó algo, como el ataque de la artillería en una isla del sur en 2010, se comprueba que eran advertencias muy claras”, el comentó a la BBC John Delury, profesor de la universidad de Yonsei, en Corea del Sur.
El Norte ha advertido de forma consistente que los ejercicios militares en la zona podrían provocar represalias, y Delury afirma que no ser capaces de interpretar las intenciones de Pyonyang y no entender sus capacidades ha mantenido al sur y a EE.UU. en un atolladero.