Ronnie Belliard fue el último out del octavo partido de la serie final del torneo de béisbol invernal de 2007-08, la más reciente ocasión en que las Águilas Cibaeñas lograron conquistar la corona.
Belliard bateó un rodado a las manos del antesalista Edwin Encarnación, quien lanzó al inicialista Mendy López. Él se retiró tras la temporada 2010-11, López lo hizo en la estación de 2011-12, mientras que Encarnación, que para entonces era un joven de 24 años, hace rato es un estelar en las Grandes Ligas que se alejó del béisbol invernal en la contienda de 2011-12.
Es que ya han pasado ocho temporadas desde ese campeonato frente a los Tigres del Licey, el más connotado entre los rivales aguiluchos. Entre una corona y otra, esa, por mucho, es la segunda sequía más prolongada en la organización que después de su título en la campaña de 1952 permaneció hasta la edición de 1964-65, cuando conquistaron su segundo título. “Lo que viene es un análisis interno de nosotros como organización, porque las cosas hay que mejorarlas y para ser mejores hay que hacer un autoanálisis”, dijo a elCaribe Quilvio Hernández, presidente de la franquicia cibaeña. “Esta pelota es muy difícil y muy cambiante, así que hay que hacer una análisis desde el presidente y el pelotero más importante hasta el de menos cartel. Todavía está muy fresca la descalificación, pero eso va a hacer muy rápido”, agregó.
Para sus fanáticos ha sido más que una eternidad, especialmente por simpatizar por una franquicia que hasta entonces había levantado seis coronas en lo que iba de milenio y que en total suma 20 diademas. La sequía tras el campeonato de 2008 incluye dos anteriores descalificaciones en la serie regular y dos derrotas en la final de frente a los Leones del Escogido, la última de ella (2012-13) por barrida (5-0).
Félix Fermín fue el dirigente que condujo ese campeonato de 2008. Después de eso, Fermín salió dos veces de esa organización. Muchos consideran que se encamina a una tercera, pues fue quien estuvo al frente de las Águilas desde el tramo final de esta temporada tras ser cesanteado por los Toros del Este.
Por las Águilas, solo en esta estación, pasaron cuatro dirigentes, la mayor cantidad en la historia de cualquier equipo. Andy Barkett, Omar Liriano (interino), Miguel Tejada y Fermín no pudieron enderezar un barco que estuvo a la deriva de principio a fin.
Fermín fue una movida de emergencia del gerente general, Ramón Peña, quien, a su vez, también fue contratado de emergencia por la directiva de la escuadra cibaeña.
Nada resultó. Las Águilas nunca pudieron salir de los lugares de oscuridad de la tabla de posiciones y básicamente se adueñaron del torneo sin nunca estar en la cima, ni mucho menos cerca. “Uno se encuentra con muchos escollos en el camino, pero soy el responsable de todo, porque no logré la corona”, apuntó Hernández. “Soy el responsable por no hacer los cambios para que las Águilas ganaran”.