WASHINGTON (AP) — Una orden de emergencia emitida por una juez federal ha impedido temporalmente a Estados Unidos deportar a personas procedentes de las naciones vetadas por la orden del presidente Donald Trump contra la inmigración. La magistrada dijo que los viajeros arrestados tienen un potente argumento para denunciar que sus derechos legales fueron violados.
El Departamento de Seguridad Nacional emitió un comunicado a primera hora del domingo explicando que el fallo no afectará a la puesta en marcha general de la orden de la Casa Blanca y que afectó a un pequeño número de viajeros incomodados por los trámites de seguridad a su regreso al país.
La orden de emergencia fue emitida el sábado en la noche por la juez de distrito de Estados Unidos Ann Donnelly en Nueva York, después de que abogados de la American Civil Liberties Union presentaran una petición en nombre de ciudadanos de siete naciones de mayoría musulmana que fueron detenidos en aeropuertos de todo el país coincidiendo con la entrada en vigor de la orden ejecutiva de Trump.
El fallo judicial abordó solo una parte de la ley sancionada por el presidente estadounidense. Al conocerse la decisión, las concentraciones formadas ante los aeropuertos estadounidenses y en el exterior de la corte de Brooklyn donde se evaluaba el proceso, estallaron en aplausos.
La orden prohibió a los agentes fronterizos de Estados Unidos detener a cualquiera que llegue al país con un visado válido de Iraq, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen. Además, cubre a cualquier persona con una solicitud de refugiado aprobada.
No estuvo claro como de rápido afectará la orden judicial a quienes están ya detenidos, o si permitirá que otros vuelvan a volar.
“Siendo realistas, no sabemos ni si se les va a permitir subir a los aviones”, explicó el abogado de ACLU, Lee Gelernt. “Esta orden protegería a las personas que tienen permitido venir a suelo estadounidense”.
Según Seguridad Nacional, el mandato judicial no tendría ningún efecto en la acción ejecutiva en su totalidad.
“Las ordenes ejecutivas del presidente Trump siguen vigentes — los viajes prohibidos seguirán prohibidos y el gobierno de Estados Unidos conservará su derecho a revocar los visados en cualquier momento si es necesario para la seguridad nacional o pública”, explicó el departamento en su comunicado.
Stephen Miller, asesor de la Casa Blanca, dijo: “Nada en la orden de la juez de Brooklyn impide o evita de ninguna forma la implementación de la orden ejecutiva del presidente, que sigue en pleno, completo y total efecto”.
Según la norma de Trump, parecía que un número incalculable de residentes estadounidenses nacidos en el extranjero que están de viaje fuera del país podrían quedar atrapados en el extranjero durante al menos 90 días aunque tengan tarjetas verdes de residencia permanente u otras visas. Sin embargo, un funcionario de Seguridad Nacional dijo el sábado en la noche que no se impidió la entrada a Estados Unidos a ningún titular de tarjeta verde de los siete países citados en la orden.
Algunos extranjeros que pudieron embarcar antes de que la orden fuera firmada el viernes, fueron detenidos en aeropuertos estadounidenses. El funcionario de Seguridad Nacional que informó a los reporteros por teléfono dijo que 109 viajeros en tránsito vieron rechazada su solicitud de entrada al país, y a 173 no se les permitió subir a sus vuelos en el extranjero.
El presidente Trump señaló que la prohibición era necesaria para mantener fuera del país a los “terroristas radicales islámicos”. Incluye una prohibición para que residentes permanentes o con visa de los siete países mencionados que habían salido de Estados Unidos no puedan regresar en el plazo de 90 días y suspende el programa nacional de refugiados durante 120 días.
La orden es particularmente severa contra los sirios porque ordena que cualquiera que proceda de ese país, aunque esté huyendo de la guerra civil, tenga prohibido entrar al país indefinidamente.
La decisión de Trump provocó protestas en varios de los aeropuertos internacionales del país, incluyendo en el Kennedy de Nueva York, en el O’Hare de Chicago y en Minneapolis y Dallas-Fort Worth. En San Francisco, cientos bloquearon la carretera en el exterior de la terminal de llegadas internacionales. Varias docenas de personas que se manifestaron en el aeropuerto de Portland, Oregon, interrumpieron brevemente el servicio de metro ligero mientras portaban carteles que decían “El café de Portland es de Yemen” y coreaban eslóganes contra Trump. Legisladores y funcionarios estadounidenses en todo el mundo también criticaron la medida.
Dos de las primeras personas afectadas por las nuevas prohibiciones eran ciudadanos iraquíes vinculados al ejército estadounidense. Hameed Khalid Darweesh y Haider Sameer Abdulkhaleq Alshawi fueron retenidos por funcionarios de inmigración tras aterrizar en el aeropuerto Kennedy de Nueva York el viernes por la noche. Ambos quedaron libres el sábado por la noche tras la intervención de sus abogados.
El gobierno podrá eximir a los extranjeros cuyo ingreso al país sea considerado de interés nacional, aunque por el momento no está claro cómo se aplicará. Los diplomáticos de los siete países señalados no se verán afectados.
Quienes se encuentran en Estados Unidos con visa o credencial de residente permanente están autorizados a continuar en el país, según el funcionario, que solicitó el anonimato porque no estaba autorizado a hacer declaraciones sobre los detalles de la puesta en marcha de la medida.