El as cubano José Fernández fue recordado el jueves como una figura trascendental durante una homilía en su funeral.“José era demasiado bueno para esta liga”, dijo el reverendo José Alvarez. “Se fue a una liga superior”.
El pitcher de 24 años de los Marlins, elegido dos veces al Juego de Estrellas, falleció la madrugada del pasado domingo junto con dos amigos en un accidente de bote en la costa de Miami Beach.
Su funeral duró más de dos horas, y entre los presentes estaban el comisionado de Grandes Ligas, Rob Manfred, empleados del equipo y jugadores actuales y pasados de los Marlins.
Unas 300 personas acudieron a la misa a puerta cerrada en la iglesia católica St. Brendan en Miami.
Los encargados de portar su féretro vistieron camisetas negras de los Marlins, con el número 16 y el apellido Fernández en la espalda.
Aunque el servicio fúnebre del jueves fue privado, los fanáticos pudieron despedirse del jugador en la víspera.
El dueño del equipo Jeffrey Loria, el manager Don Mattingly, y el resto del equipo acompañaron el miércoles la carroza que salió del estadio Marlins Park en el barrio Pequeña Habana de Miami rumbo a la iglesia donde fue velado.
Muchos en la multitud de unas mil personas corearon “¡José, José!”, y algunos ondearon banderas cubanas en honor del popular lanzador.
Cientos acudieron después a la iglesia St. Brendan para el velorio, que duró hasta entrada la noche.
Muchos dijeron que acudieron no sólo por la popularidad de Fernández como jugador, sino por considerarlo como un ejemplo para la comunidad cubana en el sur de la Florida.
Dentro de la iglesia, los dolientes desfilaron frente a un ataúd enmarcado con un arreglo floral en forma de las banderas de Estados Unidos y Cuba, con una enorme foto de Fernández colocada a un lado. Muchos tocaron levemente el féretro y se hicieron la señal de la cruz.