París, (EFE).- A semejanza del personaje que interpreta en su última película, “Mother!”, a la estadounidense Jennifer Lawrencela fama le ha permitido descubrir lo insaciables que son los seres humanos, que en muchas ocasiones “se sienten con derecho a todo”.
Por “Mother!” desfilan Caín y Abel, el “ángel exterminador” de Luis Buñuel y una plétora de alegorías y metáforas cuya sola enumeración daría para llenar un libro.
La película del director Darren Aronofsky (Nueva York, 1969) ha levantado reacciones muy encontradas, desde quienes la consideran una obra maestra a quienes la catalogan como la peor película del siglo, algo con lo que Lawrence ya contaba. “Esperaba que fuese polarizadora, controvertida, porque es una agresión. Es la película más visceral que existe. Algunas personas no quieren ver eso, no quieren sentirlo, así que estábamos preparados para que hubiese gente que la odiase”, dice en una entrevista con Efe en París.
Para la joven actriz, que a sus 27 años es una de las estrellas más rutilantes de Hollywood y cuya interpretación en “Mother!” ha sido ensalzada, Aronofsky pretendía reflejar lo “insaciable” que es la humanidad. “Eso es más fácil de ver y se muestra mucho mejor con la fama,porque ves que la gente se siente con derecho a todo”, señala Lawrence, quien pese a mostrarse “muy agradecida” a sus fans,reivindica su “espacio personal”.
La Madre (“Mother!”) que interpreta Lawrence es una mujer enclaustrada en una casa de campo junto a su marido escritor (JavierBardem), inmerso en una crisis de inspiración. Extraños personajes-interpretados, entre otros, por Michelle Pfeiffer y Ed Harris-comenzarán a invadir su casa de forma inexplicable, en una espiral de nefastas consecuencias.
“Es la primera vez que hago un personaje tan diferente a mí misma. En otros papeles he tenido que acentuar diferentes facetas de mi personalidad, pero esta vez sonamos totalmente diferentes. Es la primera vez que he tenido que construir a un personaje de la nada”,explica. Reconoce que hubo momentos en los que llegó a preguntarse si ella era la actriz adecuada para el papel de Madre, pero no sabía muy bien qué debía hacer. “¿Me voy? ¿Cómo me preparo para el papel? ¿Quién es ella, por qué es tan diferente a mí?”.
Todas esas preguntas desaparecieron, dice,cuando llegó a la casa donde se desarrolla la acción y cuando se puso la ropa que lleva Madre en la película. Lawrence solo tiene palabras de elogio para su compañero de reparto Bardem, a quien califica como brillante.
“Solo viendo su trabajo anterior, ya sabía que no hay momento en ninguna de sus películas en el que no sea completamente real. Y también es muy dulce… un auténtico caballero”, considera. Aronofsky comparte esa misma opinión sobre el actor español: “Es un volcán de realidad (…), pero también es un tipo muy dulce, no sé si todo el mundo sabe eso. Además de un gran padre”. El director estadounidense asegura a Efe que “Mother!” es”exactamente la película que quería hacer”.
“Siempre supimos lo que estábamos haciendo, que era empujar los límites de lo que se espera en el cine. Siempre intentamos crear experiencias que sean diferentes y eso es lo que hemos hecho aquí,un viaje en montaña rusa muy diferente de cualquier otro”, subraya el director de “Black Swan” (2010) o “Requiem for a Dream” (2000).
Al tiempo que admite la influencia de Buñuel en su última obra, Aronofsky dice que “ha pasado mucho desde que el surrealismo dominó las pantallas. En los 70, mis héroes hacían películas ultrarrealistas y otros de mis héroes hacían películas de fantasía en los 80 y 90, así que ha transcurrido mucho tiempo desde que haya gente que usase la alegoría o la metáfora para contar una historia”.
Si la gente siempre se está quejando de que todas las películas son iguales, no está mal que vez en cuando se les ofrezca algo distinto, cree el director, que consiguió embarcar a un gran estudio, Paramount, en esta atípica parábola sobre la voracidad del ser humano.
¿Acaso el infierno son los otros, como dejó escrito Jean-PaulSartre? “¡Ese habría sido un buen título provisional para la película!”, responde Aronofsky entre risas.