Israel, tierra de contrastes, profunda historia e impresionante arqueología. Complace los más exigentes visitantes, mientras por otra parte sacia la agonía espiritual de millones de peregrinos que llegan tras la soñada búsqueda de un toque divino más allá de lo vivido o de mayor cercanía con Jesús, el más grande hombre de la historia de la humanidad y Dios hecho hombre, para millones de creyentes que le llevamos en el corazón. En horas, sus muros conquistan las fronteras de nuestro corazón y sus puertas abren nuestros ojos ante escenarios absolutamente fascinantes. En su cielo, sus montes y ruinas vemos esculpidas las cruentas luchas de siglos, y de ellos emanan cánticos de amor y victoria, proclamando una fe palpitante, estremecedora, que sacude las convicciones más apegadas.
¡Israel palpitante!
Israel, tierra de contrastes, profunda historia e impresionante arqueología. Complace los más exigentes visitantes, mientras por otra parte sacia la agonía espiritual de millones de peregrinos que llegan tras la soñada búsqueda de un toque divinoR