El Instituto-Escuela

Instituto-EscuelaEl Instituto-Escuela fue un centro de educación de nivel básico hasta octavo curso, fundado alrededor de 1939, el cual seguía un patrón hostosiano, es decir con altos ideales basados en la razón, el mejoramiento y perfeccionamiento&#

Instituto-Escuela
El Instituto-Escuela fue un centro de educación de nivel básico hasta octavo curso, fundado alrededor de 1939, el cual seguía un patrón hostosiano, es decir con altos ideales basados en la razón, el mejoramiento y perfeccionamiento del ser humano a la par de la naturaleza. Laico, también, y de una fuerte enseñanza hacia los valores patrióticos. El Instituto fue fundado aproximadamente en 1939 en la calle Crucero Ahrens, frente al  Parque Ramfis, hoy Eugenio María de Hostos, siendo su primera directora la señora Guillermina Medrano de Supervía. En la fotografía, de aproximadamente el 1950, apreciamos a las profesoras Altagracia (Taty) López de Lugo, Beverly Escobar, Virginia de Linua y Dionisia del Orbe, junto a las estudiantes, Ivette Bonetti, Argentina Martínez, Farida Dinah, Margarita Armenteros, María Armenteros, Clara Scaroina y Eneida Guzmán, con sus uniformes de gala.

El Instituto en Gascue
Luego de su inicio en la  calle Crucero, en el 1946, el Instituto-Escuela se separó y se mudó al Ensanche Primavera, uno de los sectores del Gran Gascue, en la Hermanos Deligne. Este nuevo edificio se erigió en lo que anteriormente había sido la gatera de un hipódromo construido por los estadounidenses cuando la ocupación, en los años 20 del siglo pasado. El terreno pertenecía a Abad Henríquez, “Don Babá”, reconocido oponente a la dictadura trujillista. Una de las anécdotas recordadas de este distinguido personaje es que cuando entraba a las aulas y algún estudiante estaba mascando “chewing gum” (chicle), de inmediato recibía una amonestación enérgica, y se le indicaba que “esa era una práctica abominable de la soldadesca yanqui de la ocupación”. En la fotografía, publicada el 25 de marzo de 1950, vemos a un grupo de jóvenes del Instituto que dramatizaron una obra radial, la cual sería transmitida desde la emisora HIN en el programa La Hora Escolar.

Profesores
En sus inicios, dentro del grupo de profesores estuvieron Alfredo de la Cuesta y su esposa Estela; Alfredo Mantilla, el señor Pingarrón; el pintor José Vela-Zanetti;  el actor y creador del teatro dominicano Emilio Aparicio y su esposa Antonia Blanco Montes, todos exiliados españoles, que transmitieron a los dominicanos sus conocimientos y disciplina. Luego de la separación, el Instituto estuvo bajo la dirección de la licenciada Consuelo Nivar, y más tarde de Margarita Contín, y donde además estuvieron profesores de la talla de Emilia Prud Homme, Anita Fiallo, Margarita Henríquez de Abreu, Maricusa Ornes y muchos otros distinguidos intelectuales dominicanos. En la fotografía del 1953, como parte del cuerpo docente y empleados administrativos, observamos, en el frente, a Mercedita, encargada del bar; Alicia Cruzado, Cuchita Pérez, Titi Minaya, Merceditas Cuesta y Margarita Contín Aybar, y, detrás, Cristina Fiallo, Marina Coiscou, Violeta de Rodríguez, Abad (Babá) Henríquez, Gladys de Scaroina, Consuelo Nivar y Ana Abreu, muchos de los cuales permanecieron en el Instituto hasta el cierre de éste, aproximadamente en 1975.

Arte escolar
En la fotografía del 1953 podemos observar parte de los niños que participaron en la obra de Gladys Nivar “Velada de la Cucarachita Martina”, protagonizada por quien luego sería una de nuestras más distinguidas artistas, Cecilia García  Mella. El Instituto realizaba frecuentemente actos teatrales en los cuales los niños participaban en diferentes tipos de papeles, lo que los preparaba para desarrollar sus capacidades histriónicas, muchos de ellos entrenados por Emilio Aparicio.

Deportes
Aprovechando las instalaciones dejadas por el hipódromo, en una pista que todavía puede observarse, el Instituto realizó competencias atléticas anuales, de campo y pista. Una de las niñas del Instituto que más se destacó fue Ana María Ricart, a quien vemos en una foto del 25 de junio de 1954, al momento de imponerse en el primer lugar en la categoría de salto de altura. Otra de las destacadas del Instituto fue Olga Fondeur, en foto del 30 de junio de 1955, quien ganó en una competencia interescolar de salto de longitud, al alcanzar 3.55 metros. En esta foto aparecen los jueces José A. Sabino, Fernando Soto y Enrique Matos.

Festejos
Esta escuela también tenía celebraciones festivas para diferentes ocasiones del año, como ésta del Día del Niño que tuvo lugar en diciembre de 1953. En la foto apreciamos a Josefina Fondeur, a la izquierda, vestida de japonesa, y a su hermano Federico, con traje de pelotero. También observamos a los hermanos Scaroina, Alfredo y Clarita, vestidos de bombero y de Caperucita Roja, respectivamente.

Recuerdos del Instituto Escuela
Aunque el Instituto no atravesó el siglo 20, sus alumnos se mantienen unidos por el recuerdo del compañerismo que disfrutaron a la sombra de la enseñanza disciplinada e integral, impartida y compartida con amor. Especialmente recuerdan como elemento básico en su formación humana el  momento de entrar a la primera clase, y en cada cambio de clase, había que guardar un minuto de silencio, para que los alumnos y profesores se concentraran en sus labores y en dedicar ese pequeño tiempo a reflexionar, a pensar y a meditar.  La fotografía del 25 de marzo de 1982 corresponde a la celebración del aniversario de la graduación de los egresados de 1948, a la cual asistieron, entre muchos otros,  el doctor Mariano Defilló Ricart y Noemí Arango de Reid, quienes presentaron una bandeja de plata a Margarita Henríquez de Abreu, hija del difunto Don Babá, momento que refleja esta foto. También podemos observar a la profesora Consuelo Nivar Ramírez, derecha, a quien también se le otorgó una placa. La dedicatoria del acto estuvo presidida por Alma Lluberes de Vicini, quien expresó: “Han transcurrido muchos años y creo que, en general, nos sentimos orgullosos de haber pertenecido a la familia del Instituto…”, nosotros humildemente agregamos que “lo vivido no lo borra el tiempo, si lo guardamos en el corazón,” como lo recuerda la frase utilizada por sus exalumnos de que el Instituto fue un “rinconcito de ensueños…”.

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