La semana pasada recibí la grata invitación a almorzar de parte de mi gran amigo Gabriel del Río. Veníamos hace tiempo tratando de concertar este almuerzo en el INFAS, el cual ya había visitado hace algunos años pero sin el nivel de detalles que lo hicimos ahora.
Como historia, el terreno y algunas de sus edificaciones originales pertenecieron a la hermana del dictador Japonesa Trujillo. Se conserva la casa y el área de la piscina ya que al transcurrir el tiempo y las necesidades del instituto se fueron haciendo nuevas edificaciones y compraron terreno adicional.
El área está muy bien mantenida y además del orden que se observa, más importante aún, el orgullo con que las exhiben tanto Gabriel como Esperidom Villa Paredes, su director ejecutivo, y los amigos Rafaela Figuereo y Luciano Robles, con quienes compartí un almuerzo exquisito preparado por los estudiantes de cocina donde aprovechamos para conversar de todos los temas nacionales.
Mi primera pregunta fue ¿por qué el instituto se llamaba “Porfirio Zarzuela“? Me informaron que en honor a un joven sindicalista socialcristiano fundador del INFAS, en el año de mil novecientos sesenta y dos, que desgraciadamente falleció en un accidente automovilístico.
La misión del INFAS es capacitar trabajador@s en formación sindical, técnica y profesional, a ciudadanos para ser útiles a su familia y al país. La visión es ser un centro de excelencia de formación integral, siempre promoviendo destrezas para que el individuo pueda insertarse adecuadamente en la sociedad.
Como valores, sus esfuerzos se centran en la autenticidad, solidaridad, compromiso, trabajo en equipo, calidad educativa, equidad social, honestidad y democracia. Estos valores son esenciales para que los dominicanos desarrollemos un país mucho más justo donde seamos capaces, juntos, de promover una cultura para que nuestros hijos puedan disfrutar de una convivencia mucho más justa.
Los 34 primeros años de existencia del INFAS estuvieron dedicados a la formación de dirigentes sindicales, pasando por sus aulas la no despreciable cantidad de 42,800 trabajador@s.
El INFAS está calificado como Centro Operativo del sistema nacional de formación técnico profesional, lo que permite impartir cursos en colaboración con el Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) y esto junto con los aportes de la Central de Trabajadores Sindical Clasista y las ya disminuidas ayudas internacionales, permite que el instituto sea económicamente autosuficiente.
Del total de sus graduandos el 73% han sido mujeres, lo que sigue demostrando el interés que han puesto éstas en la formación para ser útiles económicamente a sus familias. He observado que esto sucede en todas las graduaciones de universidades donde la mayor matrícula y las mejores notas las tienen nuestras mujeres, con lo que aseguramos tengan un papel importante en el sustento de sus familias y del país, ya que para nadie es un secreto que su salario llega mucho mejor a la casa que el del hombre.
El INFAS desarrolla programas de venta de servicios y cursos como cocina, panadería, cómputos, no sólo como forma de elevar la capacidad de nuestros trabajador@s, sino también como una forma de financiar sus gastos.
Los datos aportados del impacto del instituto desde su formación hasta el año 2010, que es hasta donde tengo los datos, son impresionantes. Han prestado servicios de diferente índole, formación sindical, formación abierta, formación técnica, que han alcanzado a usuarios internos y externos por el impresionante número de 1,174,503 personas.
Esfuerzos como estos sirven para elevar la capacidad de nuestra gente, sirven para mantener la paz social y para seguir este camino de formación en valores. Necesitan ampliar sus instalaciones. Para esto requieren de un financiamiento de 10 millones de pesos que pagarían en cinco años. Bien vale la pena que el gobierno vaya en su apoyo, ya que el trabajo de estos dirigentes sindicales sin duda va en el camino de ser parte en la creación de un país mejor. Gracias Gabriel, Esperidom, Rafaela y Luciano por compartir sus éxitos y sueños que al fin y al cabo deben ser el de todos los dominicanos.