Tanto las encuestas locales como las de países vecinos reseñan la seguridad ciudadana como la primera o una de las principales preocupaciones de la ciudadanía.Más allá de la percepción, existen indicadores que sitúan en Latinoamérica a 12 de los 20 países con mayor tasa de homicidios en el mundo, destaca Heraldo Muñoz, subsecretario general y director regional de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Por eso el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) centró la seguridad ciudadana como eje del informe de desarrollo humano 2013.
“El crimen limita las opciones de libertad de las personas, el desarrollo humano y las posibilidades de crecimiento y en ese sentido lo entendemos como parte de la inquietud y la dedicación que nosotros tenemos al desarrollo humano”, comentó a elCaribe Heraldo Muñoz, subsecretario general y director para América Latina de la ONU.
El comité asesor que prepara el informe celebró el fin de semana en el país el primer encuentro deliberativo, con la participación de Muñoz, del presidente Leonel Fernández, del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, y líderes políticos de la región. La idea es generar, además del diagnóstico general y un mapa de la violencia, una guía de recomendaciones para los gobiernos, para reducir los indicadores de inseguridad.
“Esto es un estudio que no es para académicos, para intelectuales, sino para gobernantes, no es para colocarlo en un librero, estas van a ser recomendaciones de políticas públicas”, especificó el cientista político chileno.
Latinoamérica, resaltó Muñoz, es la región más violenta del mundo, con 12 de los 20 países con mayor tasa de homicidios y 10 de los 15 países con mayor desigualdad. Tiene el 9 por ciento de la población mundial y acapara el 27 por ciento de los homicidios a nivel global.
Entre las reflexiones que van teniendo cabida, Muñoz plantea que las autoridades policiales deben trabajar con las alcaldías, juntas de vecinos y organizaciones sociales, desarrollar programas para evitar la inserción de jóvenes en las pandillas y combatir la desigualdad social. Cita, además, la cooperación y el intercambio de inteligencia entre los países del área y la de ellos con Estados Unidos y con Europa. Pero también es preciso distinguir desde el principio entre crimen organizado, delincuencia común y violencia doméstica.
“Hay una inquietud especial por ver el contenido de soluciones innovadoras mucho más allá que lo que los gobiernos tienden a hacer frente a la presión de la opinión pública, que es la mano dura, que no funciona”.
No funciona elevar las penas y bajar las edades
Muñoz advierte que las medidas de fuerza, como elevar las penas de prisión y reducir la edad de responsabilidad penal no dan los resultados esperados y convierten las cárceles en universidades del crimen para los “primerizos”. Son acciones, dijo, de corte electoral en respuesta a la presión de la sociedad. “El liderazgo político debe tener la valentía de decir que el problema de la seguridad ciudadana no se resuelve de la noche a la mañana”.