A unque explicable, resulta inoportuno en el actual momento de campaña electoral el programa de desalojos emprendido por los principales ayuntamientos en contra de venduteros y pequeños negociantes del sector informal establecidos en aceras de muchas de las principales calles y avenidas de la capital.
La acción la encabezan los ayuntamientos del Distrito Nacional y de Santo Domingo Este y Oeste.
Brigadas de obreros y equipos pesados de esos cabildos han procedido a la demolición de casetas, tarantines y otros puestos de ventas populares que desde hacía años venían operando principalmente en aceras y otros lugares públicos en franca violación a ordenanzas municipales.
La verdad era que ya gran parte del área urbana lucía arrabalizada y con gran descuido por los tantos puestos de venta de frituras y otras comidas populares en plena vía pública. Pero este no era el momento más apropiado para emprender esos desalojos, porque con ello se priva de empleo a gran número de familias pobres que dejan así de ganarse el diario sustento de los suyos.
Uno de los más angustiantes problemas que afecta actualmente al país es el progresivo estado de de-sempleo reinante, sin ninguna esperanza de solución a la vista, sobre todo para los tantos jóvenes que hoy no halla qué hacer.
Al mismo tiempo se trata de una situación muy perjudicial en estos momentos para la buena imagen del Gobierno, y por ende, de su candidato presidencial Danilo Medina. Estos desalojos de venduteros callejeros comenzaron en la populosa avenida Francisco del Rosario Sánchez, pero donde el cabildo construyó cientos de casetas en ambas aceras para reubicar a los padres de familias afectados.
El más reciente de estos desalojos corresponde a la avenida de Circunvalación que atraviesa el populoso sector Los Ríos de la parte Norte de la capital, donde también el Cabildo del Distrito Nacional procedió a la demolición de gran número de casetas y pequeños puestos de expendio de víveres, comidas y otros productos de gran consumo entre la clase más pobre.
