“Tiempo de sueños” es la muestra que presenta Irina Regalado en el Centro Cultural Domínico Americano hasta el 17 de este mes.Con apenas 14 años, sus obras revelan con real expresión un mundo idealizado en el que además de dar vida a elementos tan propios de nuestro espacio, sus composiciones posibilitan un encuentro con un mundo de inocencia y fantasía, pues ella ha creado su propio universo de color, logrando una pureza fascinante en la saturación y los juegos de luces y sombras. El efecto está en la homogeneidad, pero fundamentalmente en la profundidad que revelan las composiciones, mostrando un más allá del cuadro que sugestivamente deja todo a la imaginación, esa que ha guiado a la creadora a la realización de cada pieza.
La formación y experiencia resultan complemento para que el artista logre transmutar sus visiones de una manera más precisa y de real maestría. Sin embargo, se dan situaciones en que el talento hace superar todos los obstáculos posibles, ya que se manifiesta como especie de luz que poco a poco, entre alquimia y misterio, hace posible que se vaya entretejiendo la imagen, sin reparar en las formas de lo que se proyecta, pero logrando captar los momentos de esplendor más allá de las líneas, pues la impresión final está en el conjunto.
Se registran obras en las que el color es el eje en la composición como acontece en las piezas “Montañas de Inver”, “Tranquila, serena”, “Velero” y “Un día de paz”, asimismo aparecen otras en las que el dibujo pasa a ser lo esencial como se percibe en la obra “Ideas repentinas”. Otro tanto ocurre en piezas como “Corazón resplandeciente”, “Pensamiento plateado”, “Frío y cálido” y “Recuerdo Maya”, en que las formas adquieren vital protagonismo.
