El impuesto de 10% sobre los intereses de los ahorros ha tenido efectos adversos para la economía del país, pues de un lado las recuadaciones por ese concepto, hasta agosto de este año, son más de RD$1,100 millones menores de lo esperado, mientras que de otro lado, ha causado un desincentivo al ahorro y una tendencia a convertir pesos en dólares, situación que recientemente provocó un alza inesperada de la tasa de cambio.
Aunque la medida estaba prevista para exonerar del pago a los ahorristas cuyos intereses les generaran rentas hasta los RD$20,000 mensuales, la realidad es que se está aplicando a todos por igual, independientemente de que el monto ahorrado sea mínimo y de que el interés generado sea insignificante.
Expertos en economía y finanzas califican la medida de discriminatoria, pues perjudica más a los que menos tienen y obliga a los ahorristas a presentar una declaración jurada ante la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) si desean que les devuelvan o acrediten los montos cobrados en el segmento de los que por ley deben estar exentos.
Entre enero y agosto de este año el Gobierno tenía previsto recaudar RD$2,653.2 millones por el impuesto a los intereses de los ahorros, pero su recaudación efectiva fue de apenas RD$1,550.2 millones, lo que indica que no está surtiendo los efectos deseados.
Es posible que la tendencia recaudatoria aumente a partir de este mes, toda vez que las autoridades monetarias decidieron revertir la política de flexibilidad económica que implicaba bajas tasad de interés y decidieron subirle dos puntos porcentuales a la tasa de referencia, que implicará incrementos automáticos en la tasa de interés activa (la que se paga a los bancos por los préstamos que otorgan).
Sin embargo, ese efecto no se produce de inmediato, pues no todos los que tienen depósitos a plazo tienen vencimientos ahora y no se beneficiarían de aumentos en la tasa pasiva (la que los bancos pagan a los depositantes).
Consultado sobre el particular, el economista Pavel Isa Contreras informó que en principio el impuesto de 10% sobre los intereses de los ahorros es positivo, debido a que se trata de una medida progresiva, que afecta más a los que más tienen y se supone que no ha de afectar a los que menos tienen, porque estarían exentos.
El problema es que la exención que ordena la Ley 253-12, no se está aplicando, debido a que la DGII aparentemente no tiene mecanismos distintos al de cobrarle a todos los ahorristas y luego devolverle a los que estén en capacidad de hacer su declaración jurada.
“Se adoptó un sistema de reclamo a través de la declaración jurada anual, y se haría una devolución impositiva en función de las escalas del ISR y de una escala propia que adoptó el impuesto”, dijo Isa.
“Lastimosamente, los pequeños ahorrantes, que son los que se beneficiarían más de esa medida, tienen más dificultades para transitar por ese procedimiento”, acotó.
Esto así, porque el costo del trámite en términos directos y de tiempo para la declaración jurada ante la DGII, comparado con los beneficios monetarios de la devolución impositiva en los ahorristas de pequeños montos, podría no justificar el procedimiento, además de que la falta de información también puede desincentivar esa gestión. l
Una exención que no se aplica
El hecho de que los pequeños ahorristas no tengan facilidad para aprovechar la exención del impuesto de 10% a los intereses generados hace que el impuesto no sea progresivo.
Pavel Isa considera que es progresivo en el universo de contribuyentes porque solo una parte de ese universo ahorra, y tiende a ser aquella parte con mayores ingresos. “Pero entre éstos, una tasa uniforme como la vigente penaliza relativamente más a los pequeños ahorrantes cuando se compara la tasa de tributación efectiva con el ingreso total de la persona”, expresó el experto.
Abogó porque las autoridades de la DGII aseguren un mecanismo expedito, sencillo, de bajo costo y de amplio alcance para que los pequeños ahorrantes sean tratados efectivamente de manera diferenciada y que la intencionalidad del mecanismo se concrete.
Sin embargo, para lograr eso sería necesario detectar un mecanismo que implida o permita detectar la fraccionalidad del ahorro, de forma que la DGII pueda calcular y determinar la exención con base en la totalidad de los intereses percibidos por los ahorristas independientemente del banco o los bancos donde tengan sus depósitos.
Esa situación se ha dificultado, debido a la existencia del secreto bancario, pero mientras tanto, los más perjudicados son los ahorristas más pobres, con una exención que no existe.