Santiago.-La Iglesia Católica favoreció el diálogo constructivo entre los gobiernos dominicanos y de Haití y espera sigan buscando alternativas de progreso para los más pobres de ambos países.
Lamenta que a la clase más desposeída sea utilizada para defender causas innobles que sólo benefician a los responsables de su atraso y miseria.
“Sabemos que para algunos sectores de aquí, y de allá, que promueven el odio, el desencuentro, la confrontación y la división permanente estas jornadas de negociaciones son un trago amargo porque ellos apuestan a otras vías de solución que sólo conducen a la destrucción y al rencor”, apunta el editorial del semanario Camino, órgano del Arzobispado de Santiago.
Considera alentadora la segunda ronda de conversaciones que sostuvieran las autoridades de ambas naciones Juana Méndez, y ahora Jimaní bajando la distención con el diálogo franco y sincero para así alcanzar la armonía entre dos vecinos que están llamados a comprenderse.
“Hemos visto que los grandes y deplorables conflictos mundiales para buscarle solución han terminado en la mesa del diálogo. Veamos lo que está sucediendo en Ginebra en donde la oposición y el gobierno de Siria han tenido que sentarse para buscar una salida a la desgarradora situación que vive su pueblo a causa de la guerra fratricida”, expresa Camino.
Indica que estos acontecimientos deben indicar el camino a dominicanos y haitianos de que los problemas comunes sólo tienen una vía de solución que es el diálogo y la colaboración recíproca respetando cada pueblo su forma de ser.