Historia de la isla de Haití (VII)

La ocurrencia de la primera expresión natural de vida hace unos tres mil quinientos millones de años, convierte a tal espécimen en el antecesor común de todas las especies que han habitado el planeta Tierra, como resultado de su lucha por la superveni

La ocurrencia de la primera expresión natural de vida hace unos tres mil quinientos millones de años, convierte a tal espécimen en el antecesor común de todas las especies que han habitado el planeta Tierra, como resultado de su lucha por la superveniencia, como lo explica Charles Darwin en su teoría de la evolución biológica, generándose con la sobrevivencia de las especies capaces de adaptarse a las condiciones de vida del hábitat donde nace una gran diversidad. Según Wikipedia (Evolución Biológica, 1 Sep, 2016), “la palabra evolución para describir tales cambios fue aplicada por primera vez en el siglo XVIII por el biólogo suizo Charles Bonnet en su obra Consideration sur les corps organisés. No obstante, el concepto de que la vida en la Tierra evolucionó a partir de un ancestro común ya había sido formulado por varios filósofos griegos, y la hipótesis de que las especies se transforman continuamente fue postulada por numerosos científicos de los siglos XVIII y XIX, a los cuales Charles Darwin citó en el primer capítulo de su libro El origen de las especies. Sin embargo, fue el propio Darwin, en 1859, quien sintetizó un cuerpo coherente de observaciones que consolidaron el concepto de la evolución biológica en una verdadera teoría científica”. Pero la historia natural de la Tierra no es tan solo de rocas y de seres vivos. Es también historia de continentes que se congregan todos en una sola masa transitoria llamada supercontinente en alrededor de cada quinientos millones de años, mediante un proceso de colisión-abducción que cambia los litorales, la geografía y la orografía del planeta. El último de tales supercontinentes es Pangea. Brendan Murphy et al (http://amscimag.sigmaxi.org/4Lane/ForeignPDF/2004-07MurphySpan.pdf) explican que “las placas oceánicas se enfrían y se tornan más densas hasta terminar por hundirse en el manto”, hasta la fracturación, cuando se inicia el proceso de conformación de un nuevo supercontinente. El primero fue Vaalbará, un “hipotético supercontinente que existió sobre la Tierra. Se estima que la Tierra se formó hace 4.567 millones de años. Se supone que la existencia de este supercontinente “nació” hace entre 3.800 – 3.600 millones de años. Su existencia se basa en estudios geocronológicos y paleomagnéticos hechos entre los dos cratones arcaicos (protocontinentes) Kaapvaal y el Pilbara. El (denominado así por la provincia sudafricana de Kaapvaal) y el Pilbara (de la región de Pilbara, de Australia Occidental. Según los datos radiométricos de los cratones que formaron parte de Vaalbará, suponen que este existía hace unos 3.300 millones de años y posiblemente también hace unos 3.600 millones de años” (ibid).

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