Hipólito y Danilo batallaron en sus propios partidos

Los candidatos presidenciales Hipólito Mejía y Danilo Medina se enfrentarán en las urnas por segunda vez el día 20, tras agotar una intensa campaña política que ambos iniciaron hace ya más de un año,

Los candidatos presidenciales Hipólito Mejía y Danilo Medina se enfrentarán en las urnas por segunda vez el día 20, tras agotar una intensa campaña política que ambos iniciaron hace ya más de un año, cuando compitieron en las primarias de sus respectivos partidos en luchas internas en las que tuvieron que superar obstáculos dentro de sus propias organizaciones.Medina, ganador de la convención del oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD) del 26 de junio de 2011, logró que las fuerzas internas de su organización se acoplaran en torno a su candidatura; mientras Mejía todavía enfrenta los embates de una lucha intestina que lo  distancian del presidente de su organización, Miguel Vargas Maldonado.

La convención perredeísta se llevó a cabo el 6 de marzo de 2011 con escasos incidentes, aunque se reportó que Aris Muñoz Taveras, de 33 años, resultó herido en San Francisco de Macorís.  Tres días antes, los precandidatos firmaron un “Pacto de Compañeros”, en el que se comprometieron a respetar los resultados y aplicar una regla de proporcionalidad que -en buen dominicano- equivaldría a que los dirigentes de cada tendencia ocuparían en un eventual gobierno del PRD el mismo porcentaje de cargos obtenido por su líder en las primarias.

Vargas Maldonado obtuvo 432 mil 972 votos (46.70%), frente a los 927 mil 72 (53.30%) de Mejía. A raíz del proceso, el exministro de Obras Públicas enfrentó al presidente de la Comisión Organizadora de la convención, Enmanuel Esquea Guerrero, quien fue expulsado por el Consejo de Disciplina del partido.

La situación interna empezó a calmarse a partir del 11 de abril, cuando Vargas Maldonado anunció que declinaba (una palabra entonces de moda en el mundo político local) a sus aspiraciones, porque “la unidad del partido y la tranquilidad del país están por encima de cualquier pretensión personal”. Con la proclamación de Mejía, el 8 de mayo, se produjo una amnistía para Esquea Guerrero.

“Es tiempo de poner punto final a la crisis, de procurar el entendimiento y la unificación interna”, dijo Vargas Maldonado, en un discurso que, sin embargo, no marcó el fin de la crisis política en el principal partido opositor.

El dirigente nunca aceptó como válidos los resultados de las primarias y marcó la línea divisoria que persiste y que se volvió a expresar hace unos días con el apoyo del regidor perredeísta Kalil Michel, uno de los más cercanos colaboradores del exministro de Obras Públicas, a la candidatura de Medina. Más aún, con los comentarios escritos en Twitter en contra del proyecto de Mejía por Ángela García, esposa de Vargas Maldonado.

También refleja fisuras la denuncia del vocero del presidente del PRD, el diputado Víctor Gómez Casanova, y otros congresistas, en el sentido de que el dirigente Guido Gómez Mazara, del comando de campaña de Mejía, estaría tramando contra la vida de Vargas Maldonado. Los legisladores se basaron en una conversación telefónica grabada, al parecer en forma ilegal, que ya se encuentra en manos de la Procuraduría General.

Demonios morados

Aunque tuvo que luchar contra la posibilidad de que el presidente Leonel Fernández buscara la repostulación y contra la candidatura de la primera dama, Margarita Cedeño, que se promovió dentro del PLD, Medina cuenta en la actualidad con un partido unificado. La duda sobre  una eventual reelección gravitó durante meses en la opinión pública nacional.

En la búsqueda de una alternativa legal, Marino Vinicio (Vincho) Castillo, el polémico abogado aliado del mandatario y del PLD, promovió, desde mediados de octubre de 2010, una nueva reforma a la Constitución para agregar al artículo 124, que prohíbe la reelección presidencial consecutiva, un párrafo que instituyera un referendo consultivo.

Castillo sugirió agregar el párrafo: “ Sin embargo, se podría convocar a un Referendo Consultivo a fin de que el pueblo exprese su parecer en cada caso que se propusiere la posibilidad de optar a una nueva repostulación de un presidente en ejercicio”. Su propuesta desencadenó ríos de tintas y reanimó a los reeleccionistas, encabezados por los dirigentes Freddy Pérez y el senador Félix Bautista.

El 27 de marzo de 2011 Fernández recibió, durante un acto celebrado en el Palacio de los Deportes, 700 libros con las firmas de más de dos millones de dirigentes y militantes (según el PLD) que apoyaban que el mandatario fuera el candidato presidencial de la organización oficialista.

La idea fue promovida por más de 20 senadores que antes habían acudido al Palacio Nacional a llevarle una carta de apoyo al Presidente. “Me permito recoger este apoyo que ustedes me brindan para endorsárselo al Partido de la Liberación Dominicana, para que sea el partido el que decida cuál es el futuro que corresponde a la República Dominicana”, dijo el mandatario al recibir las firmas. Y  sembró más dudas.

 No fue sino hasta principio de abril cuando el presidente Fernández anunció en un discurso que declinaba una repostulación. Advirtió que tomó la decisión “de manera voluntaria, para evitar posibles tensiones a la sociedad dominicana y consolidar el proceso democrático, además de afianzar aún más la nueva Constitución”. Despejaba el camino a su exsecretario de la Presidencia. Pero todavía las aspiraciones de Medina debieron superar la amenaza que representaba la Primera Dama, inscripta como precandidata en la reunión del Comité Central. Luego, Cedeño de Fernández también declinó.

Los pequeños no pudieron unirse

Guillermo Moreno García, de Alianza País (Alpaís); José Serulle, del Frente Amplio; Eduardo Estrella, del Partido Dominicanos por el Cambio (DxC) y Max Puig, de la Alianza por la Democracia (ADP), concurrirán a las votaciones junto a los dos aspirantes que, según todas las encuestas, tienen mayores posibilidades de triunfo.

Las citadas organizaciones trataron, aunque sin éxito, de lograr un acercamiento para llevar un candidato único. En este grupo se incluía además el presidente del Partido Demócrata Institucional (PDI), Ismael Reyes, quien finalmente pactó con Hipólito Mejía.

De los aspirantes de partidos pequeños Puig era un aliado tradicional del PLD. Sin embargo, y aunque se desempeñó como ministro de Medio Ambiente y de Trabajo en las gestiones de Leonel Fernández, su actual estrategia electoral pone distancia de la organización oficialista, a la que acusa de cometer actos de corrupción en el manejo del Estado.

En este grupo de aspirantes el que al parecer resultará más favorecido por el electorado será Moreno García. La encuesta Gallup, publicada por el diario Hoy el pasado 27 de abril, le otorga un 2% de la preferencia de los electores consultados, sobre todo en la capital. Le siguen Estrella, con 1.4%; Puig, con 0.2%, y Serulle, con 0.1%.

Ya Moreno García compitió por la Presidencia en 2008 como candidato del Miuca. En esa ocasión obtuvo 18,136 votos (0.44%). Estrella representó entonces al Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) y logró 19,309 votos (0.47%).

Antes, para las votaciones presidenciales de 2004, Estrella encabezó la boleta del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) y obtuvo 312,493 votos (8.65%).

2%
De preferencia tienen los candidatos presidenciales minoritarios, según la encuesta Penn, Schoen & Berland.

5.69%
De los votos obtuvieron los cincos candidatos presidenciales de partidos pequeños, incluyendo al PRSC, en 2008.

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