Existen claros indicios de que los hijos de padres obesos son propensos ellos mismos a la obesidad, y de que tienen mayor riesgo de padecer la diabetes tipo 2, pero cómo y por qué ello sucede continúa siendo objeto de investigación. Un estudio que se está presentando en las 75as. Sesiones Científicas de la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association) encontró indicios que apuntan a que el ambiente en el útero en las madres obesas puede programar las células de un niño para que acumulen grasa extra o para desarrollar diferencias en el metabolismo que podrían llevar a la resistencia a la insulina.
“Una de las preguntas que debemos explorar es cómo los hijos de madres obesas pueden estar en riesgo de convertirse en obesos como resultado de factores que ocurren incluso antes de que nazcan”, expresó la Dra. Kristen E. Boyle, profesora asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado. “Nuestro estudio examinó el mecanismo por el cual los niños pueden ser programados de antemano para presentar un riesgo de obesidad incrementado, debido a cambios que están ocurriendo en el útero”.
Boyle y su equipo extrajeron células madre de cordones umbilicales donados de bebés de madres con peso normal y de madres obesas, y las cultivaron en el laboratorio hasta convertirlas en células de tejido graso y células de tejido muscular. Ellos encontraron contenido graso 30 % más elevado en ambos tipos de células en los hijos de madres que estaban obesas en la primera visita prenatal, en comparación con las células de los hijos de madres con peso normal. Los investigadores continúan evaluando los datos para determinar si estas células igualmente muestran indicios de metabolismo alterado.
“En este punto, porque esto se encuentra en una fase bastante preliminar, no sabemos la correspondencia entre estas diferencias en células cultivadas en el laboratorio y la fisiología de estos niños después del nacimiento”, afirmó Boyle. “Pero está claro que existe una propensión inherente a favor de mayor contenido graso en las células de los hijos de madres obesas, en el cultivo. También sabemos que la acumulación de grasa en estas células se correspondía con la masa de tejido graso del bebé al momento del nacimiento. El próximo paso es darles seguimiento a estos niños para ver si hay un cambio duradero hasta la adultez”.
Boyle y su equipo esperan disponer pronto de información adicional sobre cómo las células utilizan la grasa para la producción de energía y si ello contribuye a la mayor acumulación de grasa en las células de los hijos de madres obesas. Ellos continúan realizando una evaluación metabólica completa de las células para determinar si las células en los hijos de madres obesas muestran inflamación, resistencia a la insulina u otras diferencias metabólicas.
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FUENTE American Diabetes Association