Los herpes labiales no son únicamente un inconveniente cosmético, pues pueden ser realmente incómodos y dolorosos. Nos duele hasta sonreír, nos molesta salir a la calle con esa llamativa ampolla instalada en el labio que no sabemos cómo disimularla, e incluso, nos deprime ver nuestro rostro reflejado en el espejo.
Estas ampollas son causadas por el virus del herpes simplex tipo 1 y suelen aparecer cuando el sistema inmunológico se encuentra debilitado por un resfrío o por la presencia de fiebre.
De acuerdo con el epidemiólogo Luis Reyes, los primeros síntomas que pueden avisar que se está formando un herpes es la sensación de picazón, ardor y hormigueo en los labios o alrededor de la boca. También se puede sentir dolor de garganta al tragar los alimentos y estados febriles. Luego, se observan pequeñas vesículas agrupadas en racimo, bastante dolorosas, que se asientan sobre una base rojiza y, al cabo de dos o tres días, se rompen o erosionan, provocando la formación de pequeñas ulceritas. La infección se da por igual en hombres y mujeres, y puede aparecer desde la infancia hasta la vejez, aunque se registran más casos entre adultos jóvenes. Usualmente, un brote de herpes labial pasa por cinco fases, que son: hormigueo, ampolla, drenaje, formación de costra y curación, siendo la fase más contagiosa cuando la ampolla se revienta y drena el líquido.
El tiempo que dura una ampolla labial es, en términos generales, de 6 a 12 días, pero hay que saber que el virus del herpes se anida después de la infección en ciertas partes del sistema nervioso, permaneciendo en el organismo de por vida, y pudiendo activarse en cualquier momento.
El herpes o calentura, como también se le llama, de acuerdo con el epidemiólogo, puede contagiarse de diversas maneras. Por ejemplo, a través de un beso o mediante el uso de elementos contaminados, como cuchillas de afeitar, toallas y otros artículos que se comparten.
Esta infección es difícil de prevenir, aunque las personas que la padecen de manera repetida, generalmente conocen las situaciones que la desencadenan y pueden controlarla. Habitualmente se asocia este tipo de herpes a esos instantes en que bajan las defensas del organismo, ya sea tras una enfermedad, en los cambios de estación, durante la menstruación, o en esos momentos de la vida cotidiana donde nos hostiga el estrés, los nervios o la ansiedad.
Así pues, siempre es muy recomendable prevenir su aparición, depurando el cuerpo de toxinas para mantenerlo fuerte y protegido. Por ejemplo, activar los glóbulos blancos, que producen el interferón, una sustancia antiviral natural, es un beneficio de la vitamina C. Cuando se combina con bioflavonoides, el efecto puede ser más potente, ayudando al cuerpo a combatir el estrés y la fatiga y a aumentar la oxigenación, lo que contribuye al proceso de curación del herpes. Los alimentos que contienen vitamina C y bioflavonoides incluyen frutas como naranjas, limones, limas, fresas y kiwi. El perejil y otros vegetales verdes oscuros también son altos en estos compuestos, así como las nueces y las semillas.
Cuando se está ante la presencia de un herpes, Reyes recomienda evitar el consumo de alimentos calientes, salados y picantes, ya que podrían agravar la infección.
Tratamientos naturales
El herpes pasa por varias etapas, en las que se puede intervenir para aliviar su incidencia. Ya desde el inicio, cuando se empieza a sentir la picazón, o ese extraño y molesto hormigueo en algún punto de la boca, hay que empezar a tomar precauciones para que no evolucione en las siguientes fases. Ese primer picor e inflamación se debe tratar de dos modos: con una bolsa de hielo sobre la boca, o con una infusión de té negro que servirá para calmar el ardor. Se puede utilizar también cualquier combinado de hierbas que incluya hierbas como la salvia o el jengibre, que resultan muy eficaces para aliviar el dolor y bajar las inflamaciones, evitando así que el herpes avance o incremente su erupción. Se ha comprobado que las propiedades del aceite de orégano son muy eficaces para los procesos de infecciones virales. Éste puede encontrarse en tiendas especializadas en forma de crema ya diseñada para aplicar sobre los labios. Solo hay que colocar un poco sobre la ampolla varias veces al día, cuidando de mantenerla siempre hidratada, y poco a poco se irán notando sus beneficios, aliviando el dolor y la formación del líquido interno (la infección). Así mismo, también se puede utilizar combinado con Aloe Vera (sábila), que hidrata, cura y cicatriza, lo que resulta muy beneficioso en esta etapa en que la ampolla empieza a evolucionar.
Opciones químicas
Los medicamentos que no necesitan receta para tratar el dolor y la inflamación causados por el herpes son muchos. Si la infección herpética es muy extensa o el paciente está en riesgo por estar inmunocomprometido, se usan las drogas antivirales, que contengan paracetamol, preferentemente aciclovir, que frena la replicación viral, especialmente, balaciclovir y fanciclovir, los cuales se pueden adquirir sin prescripción médica. Incluso, se pueden aplicar cuando se comienza a sentir la sensación de hormigueo en los labios y alrededor de la boca, indicativo de que aparecerán las ampollas o vesículas.
Saber
Es importante no confundir el herpes labial con las aftas bucales. Éstas últimas aparecen dentro de la boca y no son contagiosas, mientras que el herpes sí es muy contagioso.
Dato
El herpes labial no es una enfermedad grave. Sin embargo, si aparece cerca de un ojo, puede causar la formación de una úlcera en el globo ocular, trayendo graves consecuencias para la salud visual.