Luego de la anexión de La República de Texas, proclamada a través de un proceso de invasiones pacíficas de su territorio que adulteraron la composición de su población residente, llevada a cabo bajo la dirección de las autoridades del Estado vecino, el Presidente Polk, se propuso iniciar una estrategia de provocación a los mexicanos, tanto a su pueblo como a sus autoridades de gobierno y militares, con el propósito de añadir a su territorio las provincias mexicanas situadas al oeste de Texas. El resultado para México fue la pérdida de más de la mitad de su territorio.
La siguiente expansión del imperio sería hacia el Caribe, para lo cual negoció su gobierno la anexión de la República Dominicana, que el Presidente Grant defendió frente a los legisladores con este discurso (traducción mía):
“La adquisición de Santo Domingo es adherencia a la ‘doctrina Monroe’; es medida de protección nacional; es reafirmación de nuestro justo reclamo a controlar la influencia del gran tráfico comercial pronto a fluir, de oeste a este, por vía del Istmo de Darién; es construcción de nuestra marina mercante; es suministro de nuevos mercados para los productos de nuestras granjas, talleres y manufacturas; es hacer insoportable la esclavitud en Cuba y Puerto Rico, al mismo tiempo y, últimamente,en Brazil; es resolver las infelices condiciones de Cuba y terminar un conflicto de exterminio; es la provisión de medios honestos para el pago de deudas honestas; es la entrega a nuestros ciudadanos de las necesidades de cada día a tasas más bajas que nunca; y es, finalmente, paso rápido agigantado hacia la grandeza que la inteligencia, la industria y la empresa que los ciudadanos de los Estados Unidos han como derecho al país para asumirlo entre las naciones.
En vista de la importancia de esta cuestión, Yo urjo, respetuoso del Congreso, acción temprana, expresiva de sus visiones respecto de los mejores medios de adquirir Santo Domingo. Mi sugerencia es que, por resolución conjunta de las dos fracciones del Congreso, se autorice al Ejecutivo a nombrar una comisión para negociar un tratado con la isla, y que se hagan apropiaciones para financiar los gastos de tal comisión. La cuestión podría entonces determinarse, ya por la acción del Senado, o por la acción conjunta de las dos facciones del Congreso sobre la resolución de anexión, como en el caso de la adquisición de Texas. Estoy tan convencido de las ventajas a fluir de la adquisición de Santo Domingo, y de las desventajas, que casi podría llamar calamidades, que fluirían de la no adquisición, que me hace creer que el sujeto solo tiene que investigarse para lograr su aprobación.”
En concordancia con el mensaje al Congreso del Presidente Grant, el Senador por Indiana, Oliver P. Morton, introdujo al Senado, en fecha 12 de diciembre de 1870, una resolución conjunta que autorizaría al Presidente a nombrar tres comisionados para que investigasen las condiciones sociales y los recursos naturales de la República Dominicana…”.