La inauguración del torneo de baloncesto superior del Distrito Nacional quedó pospuesta para el próximo domingo 28 de este mes. En esta ocasión no se trató de una posposición que emanó de la Asociación de Baloncesto del Distrito Nacional (Abadina), porque no estaba lista para empezar el certamen, como solía suceder en anteriores administraciones. El Ministerio de Deportes (Miderec) comunicó a la Abadina que el Virgilio Travieso Soto iba ser utilizado el domingo 21 para la juramentación del presidente Danilo Medina por el Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
¿Quién puede con el Poder Ejecutivo? O acaso pensamos que esa orden vino desde las oficinas de Jaime David, ministro de Deportes. Mejor pregunta aún: ¿Le podía decir no Jaime a Danilo?
¡Bueno! Supongo que todos conocen esas dos respuestas, así que es mejor obviar la política e irnos a lo deportivo. Miro un poco más allá y atino a ver que se trata de una situación negativa que ayudó al torneo. Así lo veo. Una nota negativa que se convierte en positiva.
De buenas a primeras, con el mar de críticas, comentarios y titulares que se ganó el “desalojo”, la edición número 40 del torneo de baloncesto superior distrital está en boca de todos. Tenía siglos que no veía tanta muestra de atención para con el evento distrital y desearía, con toda humildad, que esa efervescencia que mostraron los fanáticos y una buena parte de la prensa se mantenga durante el torneo, que no se quede solo en el llamado activismo de sofá, como nombra un afamado sociólogo a la modalidad que se da en las redes sociales de no cruzar el puente entre los ‘hashtags’ y la acción real.
Escuchar y leer los argumentos de algunos colegas, especialmente de muchos que no suelen referirse a este evento, fue pura ganancia para un certamen que se ha publicitado poco. La Abadina, que igual está dirigida por un periodista, manejó el caso como lo tenía que manejar. Se ganó un par de días de titulares que ayudan también a la promoción del torneo. Los equipos, quiérase o no, reciben una semana más de holgura, una que le puede ayudar a buscar más recursos para operar. No hay mal que por bien no venga, reza un refrán.
La Abadina lo sabe.