Hambre y desnutrición para principiantes

En los últimos días ha vuelto a cobrar notoriedad la información de que la República Dominicana ha logrado cumplir con una de las metas del primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El primer objetivo general de los ODM es erradicar&#8

En los últimos días ha vuelto a cobrar notoriedad la información de que la República Dominicana ha logrado cumplir con una de las metas del primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El primer objetivo general de los ODM es erradicar el hambre y la pobreza extrema. A su vez, éste tiene tres metas. La primera es reducir a la mitad, contando a partir de 1990, el porcentaje de personas en pobreza extrema. La segunda es alcanzar el empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, incluyendo mujeres y jóvenes. La tercera, que es la única que se ha logrado, es reducir a la mitad, contando a partir de 1990, el porcentaje de personas que padecen hambre.

Pero, ¿qué significa esto exactamente? ¿Cómo se mide el hambre en el mundo? ¿Es realmente cierto que redujimos el hambre a la mitad?

El método para medir la incidencia del hambre consiste en estimar la proporción de población que consume menos calorías que el nivel recomendado. El número de calorías recomendadas depende de diversos factores como las actividades físicas predominantes, el peso corporal, el sexo y la edad. A partir de las encuestas de ingresos y en función de esos requerimientos calóricos y de la oferta alimentaria prevaleciente en los países, se procede a estimar la proporción de población que por su nivel de ingreso, muy probablemente no logre adquirir los alimentos suficientes como para consumir el número de calorías requeridas para llevar una vida sana y activa. Se considera que ese porcentaje de población está subalimentada o padece hambre.

Un error que se comete muy frecuentemente es confundir el concepto de hambre con el de desnutrición. Como vimos, la incidencia del hambre está asociada a la subnutrición o la subalimentación de la población en general. Pero el concepto de desnutrición sólo concierne a la población infantil menor de 5 años, y se refiere a la situación en la que, producto de deficiencias nutricionales, el niño o la niña observa un déficit de peso para la talla, lo que se conoce como desnutrición aguda, o un déficit de talla para la edad, la cual se denomina desnutrición crónica. La desnutrición aguda es de corto plazo y puede ser superada porque es esencialmente delgadez, pero la desnutrición crónica implica que el desarrollo físico y mental ya ha sido comprometido.

Hay que indicar que, en ambos casos, el país cumplió la meta que se estableció de reducir en un 50% los indicadores a lo largo del período 1990-2015. En el caso de la incidencia del hambre, la meta fue lograda en 2011, según estimaciones de la FAO, cuando la proporción de personas subalimentadas alcanzó 16%, algo menos de la mitad del nivel observado en 1990. En el caso de la desnutrición aguda, es decir, la proporción de niños y niñas con bajo peso, ya en 2007 el país había logrado reducirla hasta un nivel inferior a la meta, que era de 5.2%. De manera similar, en materia de desnutrición crónica, es decir, la niñez que sufre de un impacto irreversible de una inadecuada nutrición, en 2007 ya se había alcanzado la meta de 9.7%. Se estima que en 2013, ese porcentaje era de 5.2%.

Los resultados han sido positivos y es relevante tenerlo presente. Pero difícilmente deban ser motivo para un desmedido discurso triunfalista. Por un lado, después de todo, se logró a lo largo de un cuarto de siglo, un período de tiempo bastante largo en el que el tamaño de la economía se multiplicó por más de 3.5, y el ingreso per cápita real se multiplicó por más de 2. Además, casi todos los países de la región también lo lograron. Por lo tanto, no se trató de algo extraordinario.

Por otro lado, todavía debe ser motivo de mucha preocupación que casi el 15% de nuestra población, 1.4 millones de personas, esté subalimentada, que más de 50 mil niñas y niños sufran de desnutrición crónica, y que el 8% de la población, casi 800 mil personas, estén en condiciones de pobreza extrema.

Si hay un tema importante para discutir de cara a los comicios generales de 2016 es éste, y si hay una pregunta relevante para los partidos y candidatos es: ¿cuál es su propuesta para erradicar el hambre y la pobreza extrema?

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