¿Podrá David Collado resolver los graves problemas que abaten a la ciudad de Santo Domingo?Tiene un gran reto en su gestión de cuatro años tras ganar la consulta electoral postulado por los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y Reformista Social Cristiano (PRSC).
El 16 de agosto prestará juramento como alcalde del Distrito Nacional, el principal litoral de la Ciudad Primada de América, la cual es sindicada como un segmento “sumamente sucio”. Escribí que, incluso, Santo Domingo es la ciudad más sucia de América Latina y la región del Caribe.
Collado responderá a estas -más o menos- manidas palabras, resumidas en una pregunta: “¿Jura usted cumplir con su labor de alcalde del Distrito Nacional”?
Obviamente, dará esta respuesta: “Sí, lo juro”.
Tiene la responsabilidad de que su administración actúe acorde con la modernidad marcada por el siglo XXI… que Santo Domingo no siga siendo un basurero generalizado y convertirla en una metrópolis limpia. Su gestión tiene que disponer del arreglo de decenas de semáforos que no funcionan desde hace años; ejecutar un programas para disciplinar a los munícipes; aplicar efectivas medidas que adecenten a los cementerios (para que los vándalos no sigan profanando las tumbas); accionar con un plan que dé al traste con el definitivo arreglo de las aceras y los contenes.
Asimismo, junto a su equipo técnico, hacer cumplir la ley urbana que obliga a que los vehículos de motor no sean aparcados encima de las aceras obstaculizando el paso a la ciudadanía.
Pero además, -y este es un aspecto de suma importancia- que ¡al fin todas las calles del Distrito Nacional sean rotuladas! El joven emprendedor, en una reciente declaración publicada en este diario, afirmó que “concentrará sus primeras acciones en llevar seguridad a los cementerios, eliminar la arrabalización de los mercados públicos y reconstruir aceras y contenes para que los peatones tengan una ciudad en la que puedan transitar libre de riesgos”.
¡Justamente parte de lo que planteo en este artículo!
¿Y los buhoneros?
A los buhoneros, especialmente los que están “asentados” -parece que para toda la vida- en el caos de la Duarte con París, Collado debe tenerlo como punto prioritario.
Y resolver ese terrible problema que ningún alcalde “ha dado pie con bola”.
Si sale airoso de esa prueba de fuego, ¡se casará con la gloria!