El domingo pasado, la Universidad UTE celebró su XXI graduación en la que entregó al país 157 nuevos profesionales, aumentando a más de 5,000 nuestros egresados que con elevada ética, moral y profesional se desenvuelven en el país y en el extranjero. La tradición establecida en nuestra primera graduación celebrada el 25 de junio de 1993, es presentar un orador u oradora invitada del área académica, política, congresual, sindical, etc., pero especialmente un egresado por su capacidad y aportes en favor de la comunidad nacional, regional o local.
En este sentido tocó el turno a nuestra distinguida egresada doña Cándida Montilla de Medina, graduada en Psicología Clínica el 28 de agosto del año 2001 y quien como consecuencia de que estamos viviendo la era del conocimiento, así como las reflexiones del doctor Carlos Tunnerman, especialista y asesor de la Unesco en Educación Superior, quien afirma que si los títulos universitarios no se actualizan les puede pasar como a los medicamentos que prescriben; así como también que los títulos de grado que obtenemos en el Nivel Superior, solo constituyen la autorización para comenzar a aprender, lo que indica que los egresados del nivel de grado tienen que matricularse de inmediato en el Cuarto Nivel para estudiar postgrados, especialidades, maestrías y doctorados.
Por lo antes expuesto, doña Cándida sigue perfeccionándose en el campo de la Psicología, como en otras áreas del saber, dejándonos un extraordinario mensaje al contarnos su experiencia en esta universidad de excepción, de cuyo discurso extraemos párrafos significativos como los siguientes:
“Hace 24 años que esta universidad fue creada por el tesonero esfuerzo de su rector, el doctor José Nicolás Almánzar, abriendo las puertas para que muchos dominicanos adultos pudieran acceder a la educación superior sin tener limitaciones de edad.
En ese sentido, quiero resaltar el que las personas adultas se dediquen a profundizar sus conocimientos, venciendo los obstáculos propios de los compromisos que imponen la edad, tomándole tiempo a sus familiares, y a su propio descanso. Ustedes son personas que trabajan y que tienen grandes responsabilidades, por lo cual asistir a una universidad les ha significado un sacrificio.
La gracia de Dios me ha permitido ostentar la importante responsabilidad de ser la Primera Dama de todos los dominicanos; no obstante mi formación me ha permitido seguir siendo la misma Candy, la esposa, la madre, la hija y la egresada de esta querida universidad.
El grado académico que obtuve en esta alta casa de estudios lo llevo con mucho orgullo y entrañables recuerdos que me acompañan todos los días y en todo momento.
Esta formación lograda en la UTE me ha ayudado mucho en el ejercicio profesional y como ser humano, porque las enseñanzas que cada día recibí en esta alta casa de estudios fueron forjadoras de una importante zapata en valores, que me ha permitido sortear en la vida las más diversas situaciones, siempre alcanzando un resultado positivo”.
En este escenario, y tomando en consideración los aportes hechos por el destacado comunicador don Yaqui Núñez del Risco, la UTE le otorgó el título de “Magister Populi”, porque ha sido un gran maestro durante toda su vida; además, fue de los primeros estudiantes que en 1989 se matriculó en nuestra Escuela de Derecho, cuyos estudios había iniciado en nuestra UASD.
No quiero terminar sin incluir una especial mención al discurso pronunciado por el graduando José Alberto Cruz Arias, graduado en la carrera de Contabilidad, quien dio las gracias en nombre de sus compañeros de graduación al obtener el mayor índice académico de los que reciben sus títulos, del cual transcribo los párrafos siguientes:
“Cabe destacar el papel preponderante que jugó la Universidad UTE, para que hoy nos podamos sentir verdaderos profesionales, competentes e idóneos, para desempeñarnos con eficacia, eficiencia y efectividad.
La universidad UTE, desde su concepción, se fundamenta en una filosofía humanista, porque considera al adulto un ser biopsicosocial, capaz de asumir la responsabilidad de su proceso educativo, organizar sus experiencias, sistematizar aprendizajes y lograr su proyección hacia otros contextos donde le corresponda actuar.
La UTE considera las inquietudes de los adultos maduros en su deseo de crecimiento intelectual, lo que permite que su avance individual se produzca de manera armónica y sin oposición sobre sus criterios como persona experimentada en la universidad de la vida”.
Partiendo de estas premisas, hoy somos personas capaces de promover cambios intelectuales, éticos y morales, capaces de redescubrir y autovalorarnos.