HONOLULU, Hawai, EE.UU.— Un paracaídas falló durante la prueba que efectuó la NASA de nueva tecnología para el descenso de naves más grandes y de astronautas en Marte, anunció el lunes la agencia.
El paracaídas se desplegó pero no se infló, dijo en un correo electrónico Kimberly Newton, una portavoz de la NASA.
La agencia tiene previsto facilitar más detalles del experimento en una conferencia de prensa el martes, agregó. El paracaídas pareció desintegrarse de acuerdo con las imágenes grabadas de la prueba.
El experimento se efectuó sobre aguas frente a la isla hawaiana de Kauai y tuvo como propósito la investigación de tecnología diseñada para reducir la velocidad en caída libre de un vehículo de descenso después de que haya penetrado la atmosfera marciana con rapidez supersónica.
El año pasado, tampoco se infló otro paracaídas gigante durante una prueba similar que efectuó la NASA de tecnología para naves espaciales con destino al planeta rojo.
Uno de los principales objetivos del experimento de este año era probar un nuevo diseño del paracaídas.
En la nueva prueba, la nave comenzó su descenso a una altura de 55 kilómetros (34 millas) de la superficie de la Tierra, donde el ambiente es similar a la tenue atmosfera marciana.
La agencia probó primero un aro en forma de rosquilla diseñado para que al inflarse reduzca la velocidad del vehículo de descenso que tiene forma de platillo volador. El paracaídas gigante debía después reducir todavía más la velocidad del aparato.
La tecnología no será utilizada pronto en alguna misión a otro planeta. La NASA podría decidir no usar la tecnología si fracasan las pruebas.
La NASA dijo que quiere enviar astronautas a Marte en la década de 2030.
El paracaídas puede resistir velocidades supersónicas y tiene 30 metros (100 pies) de diámetro, casi dos veces el tamaño del que se utilizó para el descenso de la sonda rodante Curiosity en 2012 en Marte.
Es tan grande que no cabe en los túneles aerodinámicos que la NASA utiliza normalmente para probar paracaídas.
En el experimento, el vehículo de descenso fue subido por un globo gigante hasta 37 kilómetros (23 millas) de altura y después un cohete lo elevó todavía más a 55 kilómetros (34 millas), desde donde comenzó el descenso en caída.
La prueba del lunes fue la segunda de tres que tiene previsto la NASA para el proyecto.