¿ Quién no ha probado el pan de fruta, llamado también castaña? Es probable que recuerdes cómo, de pequeño/a, paseabas por el campo con tus padres, tus abuelos o tus amigos en la búsqueda de estos deliciosos frutos secos, que desde siempre han tenido gran presencia en la mesa navideña.Esta deliciosa fruta es bastante versátil. Se puede consumir hervida, al vapor, frita, asada, horneada, tostada o molida para obtener harina. Una vez cocinada, tiene la consistencia de una papa y cuando se hornea tiene un sabor semejante al pan.
El buen pan es considerado en muchos campos del país como “un alimento capaz de curar muchas enfermedades”, entre ellas la diabetes, el “pecho apretao”, ayuda a fortalecer los huesos y, según algunos estudios, se le atribuyen propiedades tanto antiinflamatorias como vasculares.
También lo podemos degustar en postre con leche y especias, en forma de natilla y hasta deliciosos buñuelos, y de un momento a otro, las insignificantes bolitas marrones se convierten en un plato gourmet.
Esta fruta es rica en carbohidratos en forma de almidón, similar al arroz, al maíz, o la papa.
Por sus propiedades nutricionales es prácticamente una comida completa, pues aporta proteínas, carbohidratos y fibra y es rica en calcio, magnesio, fósforo, potasio, hierro, ácido fólico y vitaminas A, B y C.
También contiene una buena fuente de minerales, entre los que destacan: magnesio, potasio, hierro y fósforo.