¿Ha perdido el Arte su finalidad de enseñar, comunicar, y de elevación espiritual que ha tenido siempre? ¿Cuáles valores mueven a la creación y crean los perfiles de los artistas del siglo XXI? ¿El objeto artístico ha desterrado definitivamente su aura de belleza y transmisor de estados espirituales a favor de lo efímero? ¿Lo novedoso, es novedad? Estas y otras preguntas se encuentran a menudo demasiado cerca de lo que habitualmente llamamos “Arte actual”. Un ámbito de transformaciones vertiginosas viene a confirmar hoy más que nunca que Arte y Vida son conceptos inseparables. El devenir de uno sigue el camino del otro y recíprocamente.
Arte y artistas están en proceso de redefinición en estos tiempos de redefinición de todo. Otros ámbitos, otros soportes, otros medios irrumpen para abrir o cerrar ojos y mentalidades. Las interrogantes nos hacen mirar y entender el arte actual desde una perspectiva lúdica, pero al mismo tiempo reflexiva en tiempos en que el arte es parte de la oferta comercial masificada, como producto para las masas. Los museos trajeron el Arte al gran público, sacándolo de salas y aposentos de los ricos; pero la tendencia de “desmuseización” de la obra se ha convertido en moda y la moda se hace arte. Críticos, publicitarias, artistas y medios de comunicación están metidos al negocio y tráfico de arte, en plena competencia con autores, galeristas y subastadores. La desaparición del objeto artístico y el nuevo modelo de mercado de arte es casi una realidad. Críticos, galeristas, artistas, metidos en el circuito del “todo vale”.
Todo eso hace que el Arte sea visto con otros ojos, de forma totalmente distinta. Todavía no sabemos si para bien o para mal.
Con todo eso, siempre nos queda saber que la mejor opción para disfrutar del Arte es empaparse de él, ver y ver obras de arte sin importarles las opiniones de críticos profesionales, de la prensa o de algún amigo. El ver mucho aclara la vista para poder discernir, para hacer comparaciones propias y, sobre todo, para que el arte haga su efecto en nosotros, que es el de transformarnos para poder vivir mejor, con más calidad de vida. La expansión de nuestro concepto sobre la producción artística es necesaria para captar los matices de las particularidades del individuo creador, de una obra en particular. Y eso sólo se consigue visitando museos, la mayor cantidad posible, leyendo sobre arte de forma metódica, visitando las exposiciones de nuevos artistas en sus inauguraciones. Las facilidades que nos trajo la Internet han sido el gran salto en el conocimiento del arte universal; pero eso nunca podrá suplir la visualización física de la obra original.