(Publicado en enero del 2014, este artículo se reproduce ante la letal amenaza de crear nuevas provincias y municipios)Me uní a un movimiento que me llevará al Congreso. Un grupo de vecinos nos reunimos para pedir un proyecto convirtiendo la calle donde vivo en el municipio de una nueva provincia de dos cuadras alrededor. En la reunión me propusieron para el Senado de la futura demarcación. Y el jovial abogado de la esquina confesó su deseo de ser el diputado.
En la cuadra hay otros abogados, un médico, dos contables, un ingeniero y profesionales de distintas ramas. Por eso, sin necesidad sin usar de otros vecindarios que aspiran a lo mismo, podríamos tener nuestro correo, fiscalía e Impuestos Internos. Vivo dentro del Polígono Central, enmarcado entre las Kennedy, Máximo Gómez, Bolívar y Churchill , donde están ubicados los principales bancos, los grandes centros comerciales, los mejores supermercados, las tiendas más exclusivas y los barrios residenciales entre los más caros del Distrito Nacional. En otras palabras, una zona que se vasta sola con el mayor nivel de ingreso per cápita de la república. De manera que no debe resultar difícil para el Ejecutivo y el Congreso aprobar esta y otras nueve solicitudes provinciales dentro del Polígono que incluyen áreas de gran potencial como Naco, La Esperilla, Piantini, Paraíso y Serrallés, lo que abriría oportunidades de lograrlo otras peticiones de igual mérito como Bella Vista, los tres Arroyo Hondo, las tres Cuesta Hermosa y, por supuesto, Los Cacicazgos, dónde sí hay de verdad.
Pienso que negarnos este derecho sería injusto y si bien estos reclamos llevarían la matrícula del Congreso a 600, me parece razonable a fin de hacer más representativa la sociedad dominicana y mejorar la oferta de empleos del sector público, que mucha falta que nos hace. Al inscribirme en el grupo me dije: ¡Eureka, lo conseguí ! Me hice. Tendré mi barrilito. Voy directo al Congreso.