Hace alrededor de 109 años que en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, Paul Harris fundó la Escuela del Rotarismo Internacional, que tanta influencia ha tenido en las decisiones de pueblos y naciones de diversas partes del mundo.
Los objetivos de esta organización de servicio están enmarcados, principalmente, dentro de la amistad y el compañerismo y, en particular, estimulan y fomentan:
- El conocimiento mutuo y la amistad como ocasión de servir.
- La buena fe como norma en los negocios y en las profesiones; el aprecio de toda ocupación útil a favor de la sociedad.
- La aplicación del ideal de servicio por todos los rotarios a su vida privada, profesional y pública.
- a inteligencia, la buena voluntad y la paz entre las naciones por el compañerismo de sus hombres de negocios y profesionales, unidos en el ideal de servicio.
La experiencia ha demostrado que los gobiernos de fuerza no son muy proclives a permitir la organización de los clubes rotarios en sus respectivos países, por eso el Rotarismo Dominicano vino a surgir en el año de 1943, cuando alguien convenció a Trujillo que permitiera su organización, y según noticias que poseo, éste pronunció dos discursos ante igual número de Conferencias Rotarias, que le fueron hechos por un prestigioso abogado y reconocido rotario dominicano, ya desaparecido.
La entrada al rotarismo de un miembro de la comunidad la determinan los propios clubes, sin que previamente medie solicitud alguna, razón por la cual el ingreso al rotarismo es completamente colectivo.
Muchos dominicanos han sido excelentes rotarios, y entre ellos cabe mencionar al Dr. Arturo Damirón Ricart, (EPD), Gobernador Rotario 1949-1950, y quien es el único nacional que ha llegado a ser funcionario de Rotary Internacional.
Siendo un adolescente comencé a sentir simpatía por los rotarios, cuando en Salcedo, mi pueblo natal, los veía sesionando y realizando obras de servicio en la comunidad, y premiando a los estudiantes meritorios por su aplicación y conducta en la escuela del nivel medio.
Estas y otras razones me llevaron a juramentarme en 1973 como miembro del Club Rotario Santo Domingo Bella Vista Inc., del cual fui su Presidente para el año 1981-1982, desde donde realicé algunas obras en bien de la comunidad enmarcadas dentro del campo social y educativo.
Siendo presidente recibí una emotiva carta de Stanley McCaffrey, presidente de Rotary Internacional para 1981-1982, en la que me transmitió el lema de su año, de una significación y extraordinaria trascendencia, muy especialmente, en estos tiempos cuando la Humanidad necesita de comprensión, el amor y la paz entre los hombres y los pueblos.
“El lema fue: PAZ Y COMPRENSIÓN EN EL MUNDO A TRAVÉS DE ROTARY”, mediante el cual McCaffrey puso de relieve, frente a los rotarios y ante el mundo, el objetivo básico del Rotarismo Mundial enmarcado dentro de la amistad, el amor y el compañerismo.
El hecho de que Rotary esté diseminado en casi todas las naciones y regiones geográficas del mundo, y que actualmente cuenta con más de un millón de socios, unidos en el ideal de servicio y buena voluntad colocando a esta organización en una situación privilegiada para ejercer una influencia positiva en pro de la comprensión internacional que la convierten en un valioso instrumento para la paz mundial.
El Distrito Rotario 4060 de República Dominicana tiene la suerte de contar con un dinámico e inteligente gobernador, Lic. Enrique Peña, quien es un poderoso estandarte para encauzar al rotarismo nacional ante la crisis que parece amenazar al mundo, y a quien afectuosamente le dedico este humilde comentario.