La fe se define como la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión. También puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas, además de la seguridad, producto en algún grado de una promesa. Así mismo, el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define la fe como el conjunto de creencias de una religión, conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas, creencia que se da a algo por la autoridad de quien lo dice o por la fama pública.
Una vida sostenida sobre la base de la fe, la confianza y la seguridad de que por difícil que se torne el presente, al final todo saldrá bien, se traduce en seres humanos más tranquilos y optimistas, personas cuya paz interior se refleja en su aspecto físico, en su visión de la vida y en su trato hacia los demás.
Creo y estoy de acuerdo con las personas que te aconsejan no esperar nada de nadie, solo dar lo mejor a quienes amas, sin esperar recompensa, sin resentirte por haber dado y no haber recibido. Pienso que amar es precisamente eso, dar sin esperar, contribuir con la felicidad, tranquilidad y bienestar de nuestros seres queridos y por lo mismo, debe ser su felicidad nuestra única recompensa.
Pero la fe es una fuerza que nace de nuestro ser y hacer que ésta crezca es una misión diaria de cada ser humano. Pensar que las cosas malas nos suceden porque se trata de nosotros, es asumir una posición de victimización, refleja, además, una personalidad negativa y pesimista, condenada al fracaso.
Tener fe no es creer que las adversidades no llegarán, ni que los sufrimientos propios de los seres humanos no nos afectarán, pero forma parte de la fortaleza para enfrentar esas adversidades y sufrimientos, es una de las herramientas esenciales para superarlos y seguir adelante.
Alguien me dijo una vez que el ser humano debe confiar y ver siempre las cosas buenas en los demás, ponerse en el lugar de aquellos que fallan para entender o tratar de entender porqué han fallado. Si aquellos en quienes confías te fallan, perdónalos, pero por unos pocos no pierdas la confianza en los otros y menos en ti mismo.