Deseo expresar mi satisfacción por la decisión, tardía pero por fin hecha una realidad, de algunas cadenas de supermercados de colocar en cada caja de cobro el servicio de expedición inmediata de facturas con el número de comprobante fiscal (NCF).
Creo, sin temor a equivocarme, que La Escuela Económica es la única columna que se había referido a esta situación constantemente, por considerar una violación de los derechos de los ciudadanos y hasta un instrumento para evadir directa o indirectamente el reporte de los impuestos correspondientes el no entregar la factura con NCF. Es un tema delicado, pues las empresas comerciales que enviaban a los clientes a una caja de “servicio al cliente” a hacer una larga fila para poder conseguir el NCF, con el riesgo de que le dijeran “no hay sistema”, son las mismas que pagan elevadas sumas por publicidad en los medios y se torna un poco difícil criticar a los clientes.
Pero las críticas no hacen daño cuando son positivas, cuando tienen el interés de aportar y ayudar en lugar de dañar. Por eso, han hecho muy bien cadenas de supermercados como Pola y La Sirena, La Cadena, Bravo, Nacional y Jumbo en habilitar el servicio de expedición de facturas en cada caja de cobro y no en una sola para toda la tienda.
Todavía faltan algunos comercios por cumplir con esta disposición y esperamos que lo hagan. Particularmente, yo acostumbro a no comprar en los establecimientos comerciales en que para entregarme una factura con NCF tengo que ir a otro departamento u oficina distinta de la que he pagado por el producto adquirido.
Los ciudadanos debemos aprender a reclamar nuestros derechos. No hay que pelear para eso, no hay que ofender ni que molestarse, sólo es preciso hacer el reclamo correspondiente y exigir hablar con el supervisor de área o gerente del establecimiento.
Si usted paga sus impuestos religiosamente, ayude a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) a cobrarle también a los que se niegan a ser transparentes. Es también una forma de obrar como buen ciudadano.
