El código lingüístico de los perros incluye tres tipos de señales: visuales, acústicas y olfativas y así tratan de expresárselo a los humanos.
Así como ellos se comunican de esa misma forma interpretan los movimientos de las personas. Es decir, observan sus orejas, sus labios, sus manos y sobre todo la intensidad o variación de su mirada.
De acuerdo con el médico veterinario Bruno Maroño, hay detalles importantes que una persona debe saber al encontrarse con un perro por primera vez, ya sea suyo o de la calle.
“No mirarlo a los ojos, no hablar ni sonreír para no mostrar los dientes. Los perros asumen que dejar la dentadura al descubierto es señal de agresividad”, expone.
Indica que sí es cierto eso de que los perros huelen el miedo. “Esto es porque su primer sentido es el olfato y luego los oídos”.
Sobre tu canino debes conocer qué quieren decir los sonidos que emite. Por ejemplo, cuando tiene gemidos que dan pena, esa expresión generalmente va acompañada de gestos lastimeros y ojos caídos. Es el lenguaje propio de los cachorros y tiene un único sonido y tres interpretaciones: hambre, frío o miedo.
Para averiguar qué sucede, es necesario apoyarse en factores externos: bajas temperaturas, estado de soledad, etcétera. Cuando el que gime ya es adulto, tiene otras connotaciones: lo más probable es que esté deseando jugar o que tenga necesidad de salir a la calle.
Añade que una señal de que está enfermo o deprimido es que se mantenga arrinconado en una esquina, los ojos opacos sin brillo. También el hocico es un indicador, por lo general debe estar húmedo, el que esté seco puede indicar deshidratación.
El gemido es otro indicador, puesto que es diferente al del hambre. Un detalle importante es la baba del animal.
“Si durante un paseo en auto su canino babea puede ser que el movimiento le produzca nausea. Por tanto, lo mejor es detenerse un momento y cuando asista al veterinario pedir alguna indicación para cuando vuelva a ocurrir”, manifiesta el médico.
Señales comunes
Alimento, confusión con el juego
Para solicitar alimento ladrará en forma pausada, su cuerpo estará relajado y podrá acompañarlo moviendo una o las dos patas delanteras en actitud de súplica. Mientras que para pasear o jugar su actitud será similar pero saltará o dará vueltas en círculo. Algunos raspan la puerta de salida del hogar.
Descanso o falta de interés
Cuando el perro se decide a descansar se pone cómodo y mantiene sus orejas caídas; es un signo de relajación total y, a la vez, una forma de demostrar placidez. En ocasiones, este gesto también refleja una absoluta falta de interés por lo que le rodea, es decir, el colmo del aburrimiento.
La mirada ¿Miedo o relajación?
Cuando las orejas agachadas van acompañadas de mirada fija y temblorosa, estará frente a un caso de sumisión que, probablemente, terminará con la desaparición del animal. Si tiene los ojos muy abiertos mirando fijamente y pupilas dilatadas es señal de temor. Si la lengua cuelga es porque está relajado.