Convencido de que la enseñanza a distancia, hoy por hoy constituye la solución más atinada al problema que confrontan los pueblos para solucionar y enfrentar el grave problema de la educación, latente no solo en los países subdesarrollados, vivo permanentemente leyendo y enterándome de los avances que en esta novedosa estrategia se experimenta en diferentes partes del mundo, destinada entre otros fines a alcanzar al mayor número de personas (masificación), a proporcionarla en el menor tiempo posible (aceleración), y a facilitarla al menor costo posible (abaratamiento) en la educación de los adolescentes, adultos, jóvenes y maduros.
Por el motivo precedentemente expuesto voy a producir varios comentarios sobre la historia, avance y desarrollo de los Estudios a Distancia, que en sus orígenes se implementó como Enseñanza por Correspondencia, superada cada día con los inventos de la radio, la televisión, el cine, la prensa, las vistas fijas y otros medios audiovisuales. Hace algún tiempo leí un libro de mi amigo y excelente educador español Dr. Jaime Sarramona, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, y me causó mucha curiosidad el capítulo en el que se refiere a la aplicación de la enseñanza por correspondencia en la educación preescolar, cuyo tema me propongo comentar en este artículo, pues considero es de mucho interés, tanto para los maestros que trabajan en ese nivel como de los seguidores de la enseñanza a distancia.
Dice el doctor Sarramona que parecería un contrasentido hablar de enseñanza por correspondencia en educación preescolar, porque en esta edad el alumno no puede mantener una relación de correspondencia con un profesor a distancia, principalmente, porque no domina la comunicación escrita.
Recientemente este tipo de enseñanza no encuentra justificación entre niños de tan corta edad, y solo podría hablarse de educación preescolar por correspondencia cuando existe una persona cercana al niño, que hiciera las veces de intermediario entre éste y el centro, y el curso propiamente estaría dirigido al maestro, al padre, a la madre o algún pariente, que periódicamente remitiría los resultados y observaciones sobre el desarrollo de la enseñanza. En este caso podría denominarse “Curso para Padres”, antes que enseñanza preescolar por correspondencia, pero el nombre no sería tan importante como los resultados. Como no se ha estudiado la ayuda que podría prestar la enseñanza por correspondencia en el nivel preescolar, resulta difícil pronunciarse sobre su eficacia y sería mejor esperar estudios serios sobre este tema. Lo que ha venido sucediendo en los últimos años, es que algunas instituciones han elaborado Cursos de Educación Preescolar, dentro de la didáctica moderna de la Enseñanza por Correspondencia, que ha sido seguido por muchos maestros de diversos países del mundo, entre los cuales puedo señalar, porque lo conozco, un interesante Curso por Correspondencia del Centro de Estudios CEAC, de Barcelona, España, que inclusive fue adaptado por la Universidad Experimental Simón Rodríguez de Caracas, Venezuela, y en base al cual se han graduado más de siete mil maestros venezolanos como Maestros de Educación Preescolar a Distancia.