La mejor forma de liberarse de algo es dejándolo atrás. La demostración de la validez de una propuesta de gobierno al asumir el poder radica en su ejecución al final del tiempo para el que fue elegido. Seguir ofertando, con argumentos parecidos, “Corregir lo que está mal, continuar lo que está bien y hacer lo que nunca se hizo’. Es asumir que el otro es idiota; pero como no lo es, ahí está el Presupuesto Nacional para corregir lo que haya que corregir para reelegirse. Cuatro años más y todavía estamos hablando de apagones y plantas de carbón, y si seguimos así hablaremos de anafes. Hay dos fuerzas contrarias empujando contra el desarrollo del país, y si recordamos las aplicaciones de la tercera ley de Newton: “Si una persona empuja a otra de peso similar, las dos se mueven con la misma velocidad pero en sentido contrario”. Así anda el PLD contra el país en el tema eléctrico y casi en todo.
La industria eléctrica incorpora todos los elementos que son llamados de “monopolio natural”, tal y como está montada actualmente no existen buenos sustitutos para que solamente uno o dos proveedores puedan distribuir electricidad eficientemente; las barreras para el acceso al mercado son fuertes, costos de capital extremadamente altos y barreras a la localización, entre otras; la electricidad es una necesidad; la demanda es notoriamente inelástica y el desarrollo del país depende en gran medida de que exista electricidad, quizás por eso todavía no hemos despegado del subdesarrollo.
El sistema de tarifar la energía eléctrica con base al mercado se convirtió en el modelo a servir para reestructurar el sistema eléctrico en todo el mundo. El modelo fracasó en realizar lo que debía realizar: reducir las tarifas a los usuarios. Así, lejos de simplificar la tarifación de la energía eléctrica y eliminar tanta regulación obsoleta, más reglas y regulaciones que jamás existieran fueron creadas e implementadas desde que se inició el proceso de reestructuración de la industria de energía. Esas reglas y regulaciones, así como la estructura del nuevo intercambio de energía fueron proyectadas en conciliábulo.
Hay una fuerte evidencia de que los precios están siendo manipulados; las partes envueltas, excluyendo al usuario, están utilizando las reglas para beneficiarse económicamente. La mejora y congelación de los precios, tantas veces anunciadas, han significado más bien continuos precios elevados para los consumidores finales; el proceso de manipulación de las tarifas es un hecho; el Estado dominicano ha sido sujeto de demandas internacionales que no puede afrontar decentemente, pues los términos de las negociaciones contractuales fueron, y son de mala fe; casi todo el que está envuelto en el negocio eléctrico está mintiendo cada vez que da declaraciones.