El hermetismo reina en el Hospital Robert Reid Cabral, tras la muerte de once niños el pasado fin de semana, que dieron al traste con la destitución del Ministro de Salud Pública, Freddy Hidalgo, y la directora de ese centro asistencial, Rosa Nieves Paulino.
Pacientes, empleados y médicos temen hablar con la prensa sobre la situación por temor a represalias por parte de las nuevas autoridades que tomarán posesión este lunes, en medio de una convocatoria a asamblea general hecho por el Colegio Médico Dominicano (CMD) y el Comité Rescate S. O.S., en la que se prevé una jornada de luto en repudio a los resultados emitidos por la comisión nombrada por el Poder Ejecutivo para investigar el hecho.
No obstante, las críticas circulan de manera anónima en notas manuscritas en las que empleados responsabilizan a la administradora general del hospital desde hace más de ocho años, Mireya Taveras, de las precariedades que sufre el hospital.
“El personal no quiere la administradora ahí. El caso que pasó fue su culpa, y no fueron once, fueron más niños, pero ellos lo tienen callado”, dice una de las notas entregadasa la prensa por empleados que no quisieron revelar su identidad, quienes aprovecharon para denunciar que la noche de ayer sábado se produjeron dos apagones.
“A la primera que hay de sustituir es a la administradora Mireya porque las anomalías se dan por ella, que es la responsable (…)la directora es una profesional seria, el ascensor estaba dañado y no había oxigeno por culpa de la administradora y la jefa de personal que tienen el hospital desfalcado”, dice otro de los manuscritos.
La autocensura también se ha trasladado a algunos pacientes que dicen que han sido víctimas de retaliaciones por hablar con los medios de comunicación sobre las precariedades del primer hospital de referencia infantil del país.
Es el caso de una madre de un niño de 14 años, que sufrió una trombosis, a quien supuestamente un médico se negó a darle la receta del medicamento que necesitaba por expresar sus quejas ante los periodistas y fue ayer cuando le dieron las indicación para comprar la medicina .
En tanto, Magnolia Toribio, quien tiene a su hija interna desde hace más de cuatro meses a la espera de ser operada de un tumor en la cabeza, se quejó de que la infante no podido ser operado por haber contraído una bacteria en la sangre en ese centro asistencial. “temo que a mi hija le vaya a pasar algo después de esas muertes”, comentó.
El director del Colegio Médico Dominicano, Pedro Sing, dijo ayer que la asamblea tiene como propósito escuchar el parecer de los médicos sobre el calificativo de negligencia médica que hizo la comisión del gobierno en su informe al referirse a cuatro de los once niños fallecidos.
“El CMD entiende que dicha comisión desde su conformación estaba prejuiciada al estar formada por organismos que tienen que ver con violaciones a leyes y perseguir la criminalidad, así como la seguridad del Estado. Sus resultados hemos dicho que fueron apresurados, limitados y con debilidades técnicas, administrativas, científicas y académicas”.
