Dos de los principales aspirantes a ser candidatos republicanos para la presidencia de los Estados Unidos de América tienen apellidos de origen español: Ted Cruz y Marco Rubio, quienes, además, son dos de los tres que han obtenido más fondos para sus campañas. Ambos quieren ser los sucesores del actual presidente americano, un mulato hijo de un keniata musulmán. Así de raro anda todo.
El dinero controlando todo. Esta pre-campaña republicana nos dice mucho de cómo funciona el aparato electoral americano: Hay que tener muchísimo dinero. El candidato, o el grupo que le apoya para ser elegido presidente “democráticamente” debe recaudar montañas de dólares para poder tener opción a ganar. El dinero decide quiénes serán los competidores; no un programa, no un carisma, no el voto directo. El sistema aúpa el clientelismo, y la compra anticipada de los favores del que gane.
Donald Trump decidió dejarse de lenguaje “políticamente correcto” y se proyecta mediáticamente mediante frases escandalosas, que muchos piensan, pero pocos se atreven a decir públicamente. Por ejemplo, uno de los momentos reveladores del último debate entre los precandidatos lo escenificó el esperpéntico Trump cuando se refería a los compromisos con los donantes, que adquieren los candidatos a puestos políticos. Dijo, entre otras boutades, que había donado dinero a la campaña de la Clinton al Senado en el año 2000, él es republicano, porque “Yo era un hombre de negocios y le daba dinero a todo el mundo. Cuando llamaban, les daba. ¿Y sabes qué? Cuando necesitaba algo de ellos, dos o tres años después, les llamaba y me ayudaban y es un sistema podrido. A Hillary Clinton le dije que viniera a mi boda y vino. ¿Por qué? No tenía otra elección porque le había dado dinero”.
Otra candidata, Fiorina Carly, es también ejemplo de que el dinero es el creador de la imagen presidenciable. La Carly fue en 1999 la primera mujer en tomar las riendas de la compañía Hewlett-Packard (HP) y ahora, pese a que nunca ha ocupado un cargo político, quiere hacer valer su experiencia en el mundo empresarial para lograr la candidatura republicana a la Casa Blanca en 2016. Su oferta sería la de manejar el Estado como una empresa; el lucro económico como norte. Fiorina Carly estuvo en el debate, pero en la parte atrás, porque hasta en eso se manifiesta la capacidad recaudadora: en el orden y visibilidad que obtienes si participas en los debates televisivos. A más dinero, más pantalla.
¿Otras opciones? En España y RD el dinero para política sale del Presupuesto Nacional y por debajo de la mesa. En Venezuela y Cuba sólo hay dinero para el partido gobernante.